En una zona de acantilados, al Sur del cabo de la Nao y protegiendo la ensenada de la Granadella. Se sitúa frente a la isla del Descubridor, por lo que a veces se le da ese nombre. Su acceso, visita o la simple observación es totalmente imposible porque queda en el interior de una gran parcela de un lujoso chalet. Para poder verla hay que desplazarse hacia los miradores de la zona de la Granadella y utilizar prismáticos. Mantiene contacto visual tan solo hacia el Sur, con el castillo de la Granadella y con la torre de Moraira.
Aunque aparece en buen estado, la falta de estudios arqueológicos para llevar a cabo obras de restauración, por parte de sus propietarios, ante la habitual desidia de las administraciones competentes, hace que a veces se realicen obras con resultados muy alejados del original.
La torre se sitúa frente al islote del Descubridor.
Torre de vigía costera, de forma cilíndrica, ligeramente troncocónica, espacialmente en su parte superior. La fábrica es de mampostería irregular revocada, cubriendo casi la totalidad de la superficie. Problemas estructurales motivaron la construcción de contrafuertes que refuerzan la base, lo que ha impedido su derrumbe. Existían tres agujeros que debían corresponder con los antiguos y originales vanos; el situado hacia el interior de tierra debía ser el acceso, al que se enfrenta otro situado sobre el acantilado, pero todos han sido transformados por el propietario. Aunque se desconoce su interior, por lo que se aprecia desde la lejanía y comparada con otras torres de la red, su base debe ser maciza, con un solo piso interior cubierto con bóveda rebajada sobre la que se sustenta la terraza.
La torre en el interior de la parcela privada.