Imágenes tomadas desde los límites de la finca. Los pinos impiden la visión completa de la torre.
Sobre la ensenada o bahía de su nombre, a gran altura sobre el nivel del mar y en el interior de una finca privada que imposibilita su observación. Queda ubicada entre la carretera del cabo de la Nao, la carretera de la playa de la Barraca y la costa. Es muy difícil de descubrir porque un espeso pinar, con ejemplares de gran altura, la ocultan totalmente a la vista. Además, algunos autores la confunden con la desaparecida Torre de San Martín, lo que origina más complicaciones. En los márgenes de la finca, en el momento de nuestra visita, aparecían numerosos carteles amenazantes como: “Perros sueltos peligrosos” o “Prohibido el paso. Zona vigilada”. Demasiado intimidante. Incomprensible al tratarse de un edificio B.I.C.
Buen estado, pero los sucesivos propietarios han realizado reformas en ella sin contar con los preceptivos controles de la administración.
Promontorio donde se encuentra la torre, totalmente oculta. Exactamente se sitúa tras los pinos más altos de la cumbre.
Torre de vigía costera, de forma cilíndrica, con unos seis metros de diámetro en la zona inferior y 13 metros de altura. El tramo inferior alamborado tiene una altura que representa una cuarta o quinta parte del conjunto. Posiblemente la torre tiene origen tardo medieval; alguna fuente bibliográfica cita el año 1424, como la época de su realización en el reinado de Alfonso V de Aragón. En aquella época debió de ser de menor altura, como lo indica la existencia de ménsulas y matacanes situados en el tramo central de sus paredes. Quizás en época posterior fue recrecida con la misma técnica de mampostería enfoscada. Ya en fecha reciente seria sobreelevada con la adición varias hiladas de sillería, alcanzando la altura actual. La puerta original debe ser la actual, puesto que aparece defendida por un matacán, pero sin la escalera de piedra levantada en época indeterminada. Su gran altura sobre el nivel del mar le ocasiona ventajas e inconvenientes. Los inconvenientes son que no permitía a los vigías observar las calas y entrantes de la costa que quedaban ocultas por los acantilados.