
Sobre la cima de un cerro cuya altura alcanza 550 metros, al Norte de la ciudad. Existe un camino sin asfaltar que llega hasta ella, partiendo desde la carretera vieja de Sax. Servía de enlace óptico entre los castillos de Elda y Sax, pues la Sierra del Portitxol donde se alza, se interpone entre los dos no siendo visibles entre ellos.
Restaurada, pero como viene siendo demasiado habitual, en un estilo demasiado moderno.

Estado en que se encontraba la torre antes de su reconstrucción.

Torre atalaya de planta rectangular de construcción cristiana. Algunos documentos gráficos de inicios de los setenta del siglo pasado permitían comprobar que su altura mínima estaría en torno a los 6 metros, aunque pudo ser claramente superior. Debió poseer un mínimo de dos plantas, probablemente con suelo de madera y escaleras de acceso del mismo material. En las últimas excavaciones realizadas no se ha localizado la entrada principal, si bien pudo encontrarse a cierta altura, utilizándose para el acceso una escalera de mano.
La Torreta vista desde el castillo.

Posiblemente se levantó sobre restos romanos. A partir de restos cerámicos recuperados en la zona (cerámicas azules y de reflejo cerámico de Paterna), la fecha de construcción de la atalaya se podría situar entre fines del siglo XIV y los inicios del siglo XV. La erección de la torre se asocia al carácter estratégico y fronterizo que la antigua sierra del Portixol posee en el marco de los enfrentamientos entre Castilla y Aragón durante la Baja Edad Media, especialmente durante la guerra de los Dos Pedros (1356-1370). La Corona de Aragón mandó construir la torre para mantener la seguridad del camino entre Elda y Sax, y del camino de La Noguera, que se dirige hacia Petrer. A instancias de la reina Sibila de Forcia, Señora de Elda, el rey Pedro I el Ceremonioso dispuso, el 15 de diciembre de 1386, la creación de un servicio de vigilancia y aduana de dos hombres en la torre en el paso montañoso, pero con un peaje. El uso de la torre continuó al menos hasta fines del siglo XV, según se desprende del documento firmado el 30 de agosto de 1494 entre el III Conde de Cocentaina y el Obispo de Cartagena, en el que se cita el lugar o castillo de la Torreta, una de las posesiones de Joan Roig de Corella en el señorío de Elda. Posteriormente, se menciona la existencia del torreón en el contexto de la Guerra de Sucesión. En diciembre de 1705 el Consejo de la villa de Elda utilizó la torre para vigilancia militar. De hecho, existe un documento fechado el 13 de enero de 1706 en el que se informa del pago del servicio de vigía en la atalaya ya denominada La Torreta. Posiblemente poco después de la Guerra de la Independencia la torre fue abandonada iniciándose un deterioro continuado hasta la actualidad.


Otra imagen de sus restos antes de la reconstrucción.