Se encuentra en la parte Norte del casco antiguo, sobre una pequeña colina junto al río Vinalopó y la antigua carretera de Sax. No se puede visitar al haber sido cerrado al público debido a la aparición de unas grietas en los nuevos arcos reconstruídos. Mantiene contacto visual con el castillo de Petrer y, por medio de la Torreta que le sirve de enlace, con el de Sax.
Muy malo. Aunque se ha reconstruído todo el sector Suroeste con cierto polémico estilo, su estado es lamentable. Quedan escasas dependencias y mal conservadas, mientras que en una superficie importante del recinto aparece diáfano, sin construcciones. La construcción de una carretera junto a la ladera Noroeste supuso la pérdida de un tramo importante de las murallas inferiores y la pérdida de apoyo de parte de las murallas del recinto superior.
Puerta principal, totalmente reconstruída.
Castillo montano de planta poligonal irregular, con dos recintos. O más bien, un recinto asentado sobre una plataforma elevada con los muros fuertemente ataludados y sin cubos ni torreones. Ocupa una superficie de 4.850 m2 aproximadamente. El acceso a esta plataforma o primer recinto es muy curioso, pues obliga al atacante a realizar un bucle a merced del fuego defensor, para llegar, por medio de un puente, que en el pasado debió ser levadizo, hasta la puerta. Como ya hemos indicado con antelación, todo el sector Noroeste fue derribado al construir la carretera. Falta el muro inferior y el superior, con tres de sus cubos. El recinto superior contó con diez grandes torres, ocho cuadrangulares y dos circulares, de los que quedan seis, algunos en pésimo estado. En la restauración solo se ha levantado una con forma circular, cuando lo fueron dos, las dos del flanco Suroeste. La puerta del recinto superior se sitúa al Oeste, protegida por una de las torres circulares, de tamaño colosal. La puerta también ha sido reconstruída en un “curioso” estilo. Una vez dentro, lo primero que se encuentra es un gran patio, llamado “de armas”, rodeado por las dependencias del castillo, como las bodegas, los establos, los almacenes, las despensas, las habitaciones de los soldados de la guardia, etc., que estaban en la planta baja. En la planta alta estaban las habitaciones del señor, de su familia y la capilla. La mayoría de estas dependencias ha desaparecido. También tenía un pozo desde donde se sacaba agua del río y dos grandes cisternas para almacenar el agua de lluvia. Todavía se conserva la más grande. La mayor parte de su fábrica corresponde al tapial, aunque hay sectores de mampostería. La ornamentación es escasa, se centra en el tratamiento y despiece de algunos huecos, tanto en el de acceso al recinto, como a las diversas dependencias, que denota reformas e intervenciones de época medieval y la posterior de época renacentista.
Maqueta del castillo localizada en el Museo Arqueológico Municipal. Imagen extraída de la Wikipedia.
Puerta de entrada al recinto principal, reconstruída en su totalidad.
Cubo Oeste. A sus pies quedan vestigios del recinto inferior.
Varias imágenes de la torre circular que defiende la entrada.
Conjunto de construcciones del interior del castillo, ubicadas en el extremo Sur.
El castillo visto desde el Este. Se aprecia su pésimo estado. Todo lo que se ha restaurado y reconstruído corresponde al extremo opuesto.
En el año 1172, la derrota almohade en la batalla de Huete (Cuenca), y el peligro del avance cristiano, llevaron al reino taifa de Murcia a favorecer la llegada de población y a fortificar enclaves estratégicos en el valle del Vinalopó, entre ellos la primitiva fortaleza de Elda, un alcázar emplazado en un pequeño cerro junto al río, construido y mantenido por los almohades entre los años 1172 y 1243. Al principio el castillo no fue más que una fortaleza que servía para defender a la población y controlar la ruta del río, pero estuvo poco tiempo en manos musulmanas, porque en el año 1244 las tierras del valle pasaron a formar parte del reino castellano de Murcia y en 1296 al reino de Valencia. Durante este periodo, el castillo mantuvo, a grandes rasgos, la estructura defensiva heredada del período islámico. No obstante, se pudieron producir obras o mejoras de carácter defensivo, como el refuerzo de murallas y torres. Las reformas y cambios fueron, asimismo, de carácter residencial, acondicionando la fortaleza como lugar adecuado para sus sucesivos señores. Se cree que entre la conquista cristiana y el año 1308 se pudo construir en el castillo el templo de Santa María, probablemente el primer edificio de culto cristiano de la Elda medieval.
Parte interior de los muros perimetrales del castillo, en muy mal estado, vistos desde el patio de armas.
Imagen del castillo tomada desde el Noreste.
A finales del siglo XIV y principios del XV sufrió una importante modificación, acometiéndose obras de refuerzo y reformas en sus murallas, para incrementar su guarnición y defensa. Por este tiempo fue posesión de doña Violante y posteriormente de los condes de Cocentaina, los Corella. Por necesidades económicas, el 4 de septiembre del año 1513 el conde vendió Elda, Petrer y Salinas a Juan de Coloma, de origen judío. La residencia de la familia Coloma en estas tierras durante todo el siglo XVI y parte del XVII, dio lugar a la transformación definitiva de la fortaleza militar medieval en Palacio Condal. Estos cambios fueron muy notables en su aspecto externo e interno, como fue la modificación de la puerta de acceso, la construcción de torres circulares y de una serie de habitaciones de carácter más o menos señorial, destacando una pequeña capilla religiosa, la construcción de un gran aljibe de agua, dependencias domésticas y para el servicio, que están enterradas y que hasta el momento no han sido excavadas. La decadencia y deterioro de esta fortaleza comenzó después de la bonanza económica del siglo XVI. La expulsión de la población morisca ocasionó perjuicios económicos muy graves a los condes de Coloma, por falta de recaudación de impuestos, que se vieron obligados a trasladarse a Valencia, fijando allí su residencia, y comenzando así el deterioro de la fortaleza.
Extremo meridional del recinto principal, reconstruído en parte.
Talud del recinto inferior.
Diversos aspectos de las construcciones interiores.
Uno de los cubos del recinto principal.
En el siglo XIX el proceso de deterioro se vio acelerado. Debido a los cambios políticos que se sucedían en España, fue adquirido por el estado español en el año 1841, y luego subastado por 121.000 reales en el año 1848. Después de algún intento de demolición, en el año 1842, con el fin de construir un puente sobre el río Vinalopó aprovechando su sillería, y del intento de transformación en cárcel, en el año 1844, para el Juzgado de 1ª Instancia, se llegó acondicionar en él un espacio para la realización de funciones teatrales, actuaciones de cómicos e incluso, espectáculos taurinos, en el año 1846. Su nuevo dueño, Pedro León Navarro y Vidal (1866-1886), maestro de obras, lo derribó, siendo entonces cuando se expoliaron sus mármoles, sillería, maderas, artesonados, muebles, metales etc. Finalmente, en el año 1879 fue construido el puente sobre el Vinalopó, cuyas columnas y arcadas fueron levantadas con la sillería de las torres circulares del castillo. Durante algún tiempo, lo que había sido el lugar más importante de Elda, se convirtió casi en un vertedero de escombros y basuras, olvidado por todos, hasta que últimamente se está recuperando gracias a los trabajos arqueológicos y a las labores de restauración que están haciendo de él un lugar visitable que con el tiempo se podrá convertir en el monumento histórico más importante del pueblo. Al mismo tiempo han sido realizadas tareas de desescombro y excavación que han permitido recuperar la forma original del recinto.
Grave deterioro del lienzo Sureste.
La pequeña villa musulmana de Elda no tenía murallas. El muro de protección lo formaban las paredes traseras de las casas que se construían una junto a otra, pero como había que entrar y salir dejaron cuatro puertas: el Portal del Ángel al Oeste, la “de las eras” al Noroeste, una tercera al Suroeste del castillo y una cuarta al Sur, al final de la calle Colón.
En esta imagen se aprecian las ruinas de los dos recintos escalonados.
Detalle de una fotografía antigua de Elda realizada en 1858. Sobre el caserío sobresale el castillo, que todavía conserva las dos torres circulares en pie. Extraída del blog: ”alicanteplaza.es”.
Aquí ya se han caído las torres circulares. El castillo no es más que un montón de ruinas.
Fotografía extraída del blog: “valledeelda.com”.