Está localizada en la cumbre del Cerro del Fuerte, de 256 m. de altura, a unos 10 km al Norte de Arcos, pero a unos 500 m. a las afueras del casco urbano de Bornos y cercana a la carretera general A-384. No es visible hasta que no se llega a sus aledaños ya que todo el cerro se cubre por un espeso manto de pinos que la ocultan. Existe un buen sendero para su acceso comenzando en una pista forestal en su ladera septentrional. Popularmente se le denomina como Pozo de los Cristianos, aunque, no es, evidentemente pozo, ni es de época musulmana. Se ubica a 800 m. al Norte de la torre del Bujedillo.
Tan solo queda su base pero sus muros están muy degradados. Su interior prácticamente está acolmatado.

Dos aspectos de la torre, levantada sobre un talud. El día de nuestra visita, nos vimos sorprendidos por un fuerte aguacero, por lo que las fotografías no son demasiado nítidas.


A la degradación del muro, hay que añadir la invasión de la vegetación.

Torre de planta circular con 11 m. de diámetro exterior, construída en mampostería unida con mortero de cal. Al exterior mantiene una altura que en algunos puntos supera el metro y medio, pero en el interior, acolmatado, apenas sobresalen los muros. La torre tiene talud y foso, formando éste una contraescarpa como si fuera un antemural. No existen vestigios de vanos, excepto la base de una tronera muy desdibujada con derrame exterior.
Tanto ésta, como la Torre del Bujedillo fueron construídas por los franceses tras el descalabro de 1811, cuando las tropas de Ballesteros propinaron una soberana derrota a los franceses del general Sembelé que ocupaban Bornos. Los españoles capturaron más de cien prisioneros, mientras el resto huía en desbandada. Es entonces cuando el mariscal Soult ordenó fortificar mejor toda la “Línea del Guadalete”, ante el acoso de Ballesteros, y para ello, se levantaron estas dos torres.

Aquí podemos apreciar la torre, el talud y el foso.
En algunas partes, la vegetación invade la torre, ocultándola.
