Ruinas de la ermita. A la derecha estaba la casa del ermitaño, construída sobre la torre. Ahora, todo está caído.
Sobre el cerro de su nombre, a un par de kilómetros al Norte del pueblo. Es un cerro aislado, que se alza en medio de la huerta, junto a la carretera de Poliñá. Se levantó con el objeto de cubrir el área que oculta dicho cerro para la vista desde el castillo de Corbera. No cuenta con camino ni sendero, pero su ascenso no reviste especial dificultad.
Prácticamente desaparecida. Todo el conjunto de la ermita está medio derrumbado y es muy difícil deducir cuales son los restos de la torre.
Informes de la Unidad de Patrimonio de la Consejería de Cultura han confirmado que una torre islámica se levantaba sobre los restos de las habitaciones que en otros tiempos fueron dependencias del ermitaño del templo. Es más, el templo cristiano fue construído aprovechando uno de los muros de la primitiva torre islámica. Ésta, subsidiaria del sistema defensivo del castillo de Corbera, parece que debió edificarse cuando se hizo el castillo, allá por los siglos XI – XII.
Lateral de la ermita, donde estuvo la torre.
Arranque de una bóveda, situada delante de la fachada de la ermita. ¿Posible aljibe?