Torre de Portinatx

Sobre un acantilado al borde del mar, a 45 m de altura, en la Punta de la Torre o de Portinatx. Las instalaciones de un gran establecimiento hotelero llegan casi hasta la misma torre. Por lo menos, la construcción de estos edificios ha conllevado la construcción de una carretera asfaltada que llega hasta unos 40 m de la torre, facilitando su visita. Existen rótulos indicativos.

Mal estado. Abandonada. La puerta principal está cerrada con una puerta metálica y la inferior se encuentra tapiada. El matacán ha desaparecido. Sus sillares sufren una fuerte erosión. No se puede acceder a su interior.

Al igual que a la Torre del Molar, también le abrieron a esta, una puerta a ras de suelo.

 

 

A la izquierda, los edificios del hotel, y al fondo, la torre. La construcción y asfaltado de la calle facilitan su visita.

 

 

 

Grave erosión de los sillares de la torre.

Torre de vigía costera con planta circular y forma fuertemente troncocónica. Es prácticamente idéntica a la Torre del Molar. Cuenta con un diámetro aproximado de 11 m. y dos plantas, además de la terraza. Tenía una sola entrada situada en altura, en la primera planta, a la que se accedía por escala de cuerda, y que estaba fuertemente defendida por un gran matacán, actualmente desaparecido. A la planta inferior, utilizada como almacén o polvorín, solo se podía acceder desde la primera planta por medio de una estrechísima escalera adosada a su muro. Las dos plantas se cubren con bóvedas de media naranja. Modernamente, en el siglo XX se le abrió una nueva puerta a ras de suelo, pero ahora está tabicada, seguramente para evitar actos vandálicos. Exteriormente, las plantas están separadas por molduras. Otra estrecha escalera comunica la primera planta con la terraza, pero esta vez aparece embutida en el interior del grueso muro. Aunque se construyó preparada para el fuego artillero (para darlo y para recibirlo), nunca llegaron los cañones a ella, pero sí que llegó a recibir dos torreros como vigilancia permanente.

 

 

 

Punta de la Torre. Por encima del hotel, asoma la torre.

Fue construída en el siglo XVIII, formando parte del sistema defensivo de la costa de Ibiza, debido al peligro constante que representaban los ataques corsarios. Se terminó en 1763 según proyecto del ingeniero Juan Ballester y Zafra. Una vez terminó sus funciones de vigía, fue convertida en vivienda por los propietarios de los terrenos, que modificaron su estructura interior y abrieron la puerta de la planta baja. Con el paso de los años la torre fue propiedad del empresario Javier Cabau, junto con los terrenos adjuntos en los que el empresario comenzó a construirse una gran mansión que excedía la superficie autorizada e invadía el dominio marítimo, por lo que el ayuntamiento paralizó las obras. El consistorio intentó negociar entonces con el empresario para conseguir la titularidad de la torre y proceder a su restauración, pero no hubo acuerdo. Ni tampoco con sus herederos tras la muerte de Cabau en el año 2007. La cadena hotelera Six Senses sí que compró los terrenos, con el objeto de levantar un complejo hotelero de lujo. Y afortunadamente, con esta gran empresa el ayuntamiento sí que consiguió un acuerdo para la cesión pública de la torre, que ahora cuenta con un proyecto de restauración.