En el cerro de su nombre, de 345 metros de altura, a tres kilómetros al Norte de la ciudad. Se asciende hasta ella por un sendero que nace en unas balsas de agua situadas junto a la carretera del pantano.
Muy mal estado. Ha perdido mucha altura.
Torre vigía de planta circular construída en mampostería. Queda solamente su base maciza de unos cinco metros de altura. Torre muy antigua, con cimientos romanos, y más tarde, reconstruída pos los árabes. Se encuentra muy arruinada, el mortero se desintegra y sus mampuestos están a punto de soltarse. Esta torre es un claro ejemplo de un hecho bastante frecuente en la geografía de España. Torres y fortificaciones situadas en lo alto de los cerros a los que dan nombre. Cuando, a través de los siglos, esas fortificaciones se derrumban y desaparecen, incluso de la memoria de las gentes, tan solo queda el nombre. Esto es lo que puede ocurrir con la Torre de la Atalaya en unos años.