El castillo en una imagen tomada desde el extremo oriental.
Sobre la montaña que domina el pueblo por el Oeste, a 1.203 m. de altura. Se asciende hasta él por un caminillo, que nace junto a una nave industrial a las afueras del pueblo, junto a la carretera de Tronchón. Mantiene contacto visual con el castillo de Castellote.
Muy mal estado. Quedan escasos restos y con derrumbes constantes.
Exterior e interior de la gran torre-espolón del extremo Noreste.
Castillo montano de planta irregular dispersa, con tres recintos escalonados no concéntricos, y con forma alargada y estrecha, orientada al Noreste-Suroeste. Tiene una longitud de 90 m. y una anchura máxima de 25, cubriendo una superficie de 1.650 m2. El recinto superior, posible alcazarejo, se sitúa sobre una plataforma rocosa. Sólo queda de él un lienzo con un cubo y los restos de un aljibe. El segundo recinto, a nivel inferior, conserva el largo lienzo Sureste. Y del tercer recinto solo queda la torre Noreste, circular en su interior y, extrañamente elíptica, con un espolón, hacia el exterior. Está construido con mampostería del mismo color que la montaña que le sirve de asiento, por lo que es difícil distinguir sus restos sin aproximarse. Visto de lejos, pasa desapercibido. El castillo de Olcaf u Olocaf se sitúa en los confines de la provincia, en pleno corazón del Maestrazgo, en tierra fría, remota y olvidada.
Frente Sur, en el que se observan los recintos escalonados.
Cerro del castillo visto desde el Sur.
Muro del recinto inferior.
Muro del recinto superior.
Parte del castillo, en la que se aprecian los restos de la torre del recinto superior.
Restos de la torre del recinto superior.
Al parecer, es de origen ibérico, pues en su recinto se han encontrado restos de esa época. El castillo de Olocau es citado ya en el siglo X, relacionado con los enfrentamientos entre los descendientes de Al-Muctadir de Zaragoza, ocurridos alrededor de la fecha de 1084, reyes moros de Zaragoza y Tortosa; el Cid lo ocupó, reconstruyéndolo en tales circunstancias para combatir desde aquí a Morella, y según palabras de Menéndez Pidal “lo labró de nuevo y lo abasteció de hombres, de armas y de provisiones”. Luego volvió a manos árabes. Fue donado en 1180, antes de su conquista por el rey Alfonso II de Aragón a Fray Armengol D´Aspa, maestre de la Orden del Hospital. Fue reconquistado definitivamente por el infante Don Pedro, hijo de Jaime I, en 1271, y donado por dicho infante a Arnau de Savit en 1275. El rey Alfonso III agregaba, el 13 de mayo de 1280, a Morella, el castillo y población de Olocau, con obligación, por parte de Morella de rehacer el castillo que se encontraba medio arruinado y abandonado, y nombrar alcaide que fuera ciudadano de Morella u Olocau. La población quedaba con el derecho adquirido de nombrar justicia propio y jurados. Alfonso el Liberal lo donó en 1286 a Ramón Escorcia. Participó activamente en las luchas entre el Conde de Urgel y Fernando de Antequera, tras la muerte sin sucesión del rey Martín el Humano. En este castillo estuvo presa la Condesa de Urgel, Margarita de Montferrato, madre de Jaime de Urgel. En 1563 era señor de Olocau, Alfonso de Vilarragut.