Murallas Romanas de Valencia

Hay muchas discrepancias sobre su recorrido entre las calles actuales pero lo más aceptado es que su trazado discurría, por detrás de las Torres de Serranos, paralelo al río, para girar por la actual calle Viciana, Plaza del Conde de Carlet y, hacia el Sur, por la calle del Tossalet hasta la calle de las Avellanas. Luego giraba hacia el Oeste por las calles de Cabillers y Corregería, Juristas, cruzando por debajo del actual Palacio de la Generalitat, para dirigirse por la calle Serranos hasta el punto inicial.

Desaparecidas. Tan solo se pueden observar restos en dos puntos. La base de una torre en la c/ del Salvador y un lienzo en la c/ Avellanas.

La ciudad romana presentaba un trazado irregularmente poligonal. Siempre se había creído que no poseía murallas, pues no contaba con evidencia arqueológica, suponiendo que estaba rodeada por una empalizada de troncos, hasta que hace muy pocos años se descubrieron algunos tramos. Con los años y los nuevos descubrimientos, ya se saben algunas cosas con certeza. Cabe mencionar que las vías principales de aquella Valentia eran el Cardo Maximus (orientación Norte-Sur y que correspondería con calle del Salvador y la Almoina), y la que se cruzaba perpendicularmente, el Decumanus Maximus (orientación Este-Oeste y que correspondería con la actual calle de Caballeros). En los extremos de dichas calles se abrían cuatro puertas: la Saguntina, la Sucronense, la Celtiberia y la del Mar. El punto donde se cruzaban ambas calles sería el punto 0 y estaba situado sin ningún género de dudas en la actual Plaza de la Almoina. En cuanto a las técnicas de construcción la muralla de época republicana estaría construida en tapial mientras que la de época imperial lo sería en sillares y ladrillo. Se completaban las defensas con un foso, (apareció un sector en la c/Cabillers) de unos 3’5 m. de ancho por 1’4 m. de profundidad.

En 1996, en un solar de la C/ Salvador, entre otros restos romanos, se descubrió el ángulo oriental de una torre de la parte posterior de la Puerta Saguntina, situada al Norte. Su fábrica es la mampostería regular que recubre un relleno de tierra prensada o de adobes de barro. En la actualidad, dicho solar se encuentra totalmente abandonado y no es posible observar ningún resto debido a la espesa vegetación que ha crecido.

 

 

Debajo de la torre nueva del Palacio de la Generalitat existe un tramo de lienzo descubierto por Nicolau Primitiu. Fue cubierto tras las obras de 1940. Solo fue visible el tiempo que duraron las obras de construcción de la torre occidental del palacio. Era un muro de 1’9 m. de espesor a base de argamasa de cal y canto.

Debajo de un edificio de la c/ Avellanas nº 11 se conserva un tramo de la muralla. Está integrado en su interior y es visible desde la calle a través de una ventana. Tiene 8 m. de longitud y está construído con grandes sillares dispuestos irregularmente.

 

 

 

Planta aproximada de las murallas romanas sobre el plano actual de Valencia, según los restos que se han encontrado.

De aquellos inicios, aunque no el principio, nos remontamos hasta la fecha del que fue cónsul romano Décimo Junio Bruto Galaico, siendo, pues, quien licenció a sus tropas en “honesta missio” (licenciados con honor) por las campañas lusitanas el año 616 AVC (Ab vrbe condita, desde la fundación de la Urbe, Roma), que equivaldría a nuestro 138 a. C., y que como recompensa a la gallardía y coraje de estos hombres, les concedió tierras (“missio agraria”) en una isla fluvial (Tyrin) cerca de la desembocadura del río Tyrius (Turia), que por entonces estaba estratégicamente ubicada en el mejor vado natural del río por donde pasaba la Vía Heraclea (margen derecho), conocida después como Vía Augusta (sin olvidarnos de mencionar que un brazo fluvial rodeaba la ciudad para volver al cauce natural del Tyrius). De esta manera nace, pues, la república de Valentia Edetanorum (Valentia, que significa “valor”, y Edetanorum, que provenía de Edetania) el nombre que recibió la ciudad de Valencia en ese momento de la historia. A pesar de esta primera fundación, Valentia quedó destruida en el año 75 a.C. por Pompeyo. El cronista romano Salustio cita las murallas, y cuenta que en las guerras civiles entre Silo y Mario (guerras sertorianas), las tropas de Pompeyo derrotaron a las de Sertorio en el año 75 a.C. al pie de las murallas de Valentia. Después de la derrota de Sertorio, Pompeyo arrasó la ciudad y durante más de cincuenta años la ciudad estuvo deshabitada, hasta la época imperial en que la ciudad renació de sus cenizas, pero nunca más supimos de sus murallas, aunque es de suponer que las mismas con mayor o menor gloria seguirían cumpliendo un papel durante la época del Bajo Imperio Romano y el periodo de permanencia de los visigodos en la península. Tampoco se sabe si se mantuvo el mismo trazado o fueron ampliadas al aumentar su población.