Recorrían el casco antiguo, pero desconocemos su trazado original.
Sólo queda una de las puertas de entrada, llamada Arco de Santo Domingo.
Puerta con arco de medio punto. La han convertido en capilla, algo habitual en el Bajo Aragón, adosándole en la parte intramuros una imagen de Santo Domingo y en el exterior otra de la Virgen de Arcos.