Encerrando a la pequeña población de Palazuelos en su interior, abiertas al campo por tres puertas y un portillo, y unidas al castillo por su extremo Sur.
Se trata de la más completa muralla de la provincia pero, no obstante, se halla en un estado lamentable. Son frecuentes los desprendimientos de materiales, las grietas son muy numerosas, abertura de vanos indiscriminadamente, agresiones de todo tipo, pintadas y actos de vandalismo. Visitamos este lugar por primera vez en el año 2006 y hemos vuelto en enero de 2025. 19 años en que no se ha reparado prácticamente nada.
El primer lienzo que desciende del castillo ya es una muestra de todos los males que aquejan a las murallas de Palazuelos.
Cubo Norte y lienzo de la cerca que desciende desde el castillo.
Exterior e interior de la Puerta del Cercao. Puerta en recodo situada en el extremo Noreste del recinto.
Puerta del Cercao, desde extramuros. El edificio del ayuntamiento se construyó sobre el muro.
El recinto cuenta con una planta irregular que, partiendo desde el castillo que queda al Norte, rodea la población. Su perímetro ronda los 800 metros, se conserva casi íntegramente, y desde que se levantó en el siglo XV, no ha sufrido ninguna modificación estilística, conservándose con las mismas características que hace 500 años. Toda la obra es de mampostería, con algunas troneras y nueve cubos, todos semicirculares. Faltan algunos lienzos, especialmente al Oeste y junto al castillo. Al parecer fueron derribados para ser utilizados como material de obra. Palazuelos se encuentra al final de una loma, en lugar no defendible y que puede ser batido desde un cerro inmediato. Cuenta con tres grandes puertas en recodo, muy similares (del Cercao, de la Villa y del Monte) y un portillo, con entrada directa, al Este, sin nombre conocido, aunque es llamado del Lavadero. Las monumentales puertas constan de un recinto cuadrado con cubillos en sus esquinas que llegan hasta el suelo exteriormente. Para dificultar la entrada se abren las puertas en recodo, formando un pequeño patio de armas que puede ser batido desde arriba. Las dos puertas se forman con un arco apuntado de buenas dovelas. Al interior presentan escudos de la familia Mendoza. Tuvieron dos pequeñas plantas habitables de las que no queda rastro. En su mayor parte, las viviendas del pueblo se encuentran adosadas a la cerca, utilizando los muros como medianeras. En el año 2000 se iniciaron labores de restauración que más bien consistieron en asegurar los sectores más arruinados para evitar su caída.
Tan solo dos de los nueve cubos mantienen parte del remate superior.
Portillo del Lavadero.
Lienzo Noreste.
Cubo oriental.
Exterior e interior de la Puerta de la Villa, muy embutida por viviendas. El arco externo ha sido recortado por una vivienda.
Muro meridional.
Puerta del Monte.
Lienzo Sur. Caído en algunos puntos y reconstruido en otros. Cuenta con dos cubos. En él se abren numerosas puertas y ventanas pertenecientes a las casas del interior adosadas a la cerca.
Cubo Oeste. A punto del colapso.
Tanto el castillo como las murallas, se subastaron en 1973, siendo adquiridos por 300.000 pesetas por el decorador madrileño Luís Moreno de Cala. Este señor los vendió en 1998 a José María Torres y Berta Gámez, quienes transformaron el castillo en vivienda y repararon algún tramo de la cerca. Ese mismo año, los propietarios donaron las murallas al ayuntamiento de Sigüenza, actual propietario.