En la aldea o pedanía de su nombre, a seis kilómetros al Noreste de Sigüenza. Encontrarlo no reviste dificultad alguna ya que se encuentra junto a la carretera.
Durante nuestra primera visita en el año 2006 su estado era auténticamente lamentable. Le faltaba una torre y se le había caído otra hacía poco tiempo. Las grietas invadían todo el conjunto y la precariedad de sus lienzos y cubos era patente. Era difícil comprender como una fortaleza de estas características se encontraba en ese estado sin que la propiedad hiciera nada ni las autoridades tomaran cartas en el asunto. Hemos vuelto a Guijosa en enero de 2025 y el castillo ha sido restaurado en parte. Después de 10 años de obras se ha reparado todo el exterior y se ha construido una enorme estructura metálica interna. Se han abierto varias puertas de grandes dimensiones en los muros medievales e incluso parece que vayan a instalar un ascensor en la torre del Homenaje. El objeto de todo ello es favorecer su venta, pues está en venta por 2.000.000 €. Se anunció en un principio que iba a funcionar como hotel de cuatro estrellas. Luego, como restaurante o lugar de celebración de eventos. Incluso como vivienda. El caso es que ya han pasado cinco años y no aparece comprador. Mucho nos tememos que sea peor el remedio que la enfermedad.

Imagen tomada desde el Suroeste. Año 2025.

Imagen tomada desde el Suroeste. Año 2006.

Flanco Noreste. Año 2025.

Flanco Noreste. Año 2006.
Gran castillo de sencilla tipología, pues consta de una enorme torre del Homenaje rodeada por un muro con torreones circulares macizos en las cuatro esquinas, a modo de “donjon”. Ocupa una superficie de 1.500 m2. La torre del Homenaje, que en realidad es la única que tiene, es de planta cuadrada de diez metros de lado, conserva unos 18 m de altura y tuvo cuatro pisos, que se pueden apreciar por los mechinales del interior. Se entraba en ella por alto, con escalera de mano hasta la puerta ubicada a tres metros de altura. La puerta actual es un boquete que le ha abierto alguien. En el tercer piso hay ventanas abiertas en cada cara, con un balconcillo de matacanes que protege cada lado de la torre. Tanto las esquinas como la moldura entre el segundo y tercer piso están muy cuidadas, a base de buenos sillares de granito, a diferencia del resto de la torre que es de mampostería. Es de notar que esta torre es ligeramente más ancha en su base que en el remate superior.
El recinto que la rodea es de planta cuadrada (32 m de lado), con torres circulares al exterior en sus cuatro esquinas, montadas directamente sobre el adarve, formando una especie de garitón almenado en chaflán sobre los lienzos de la muralla, ejemplo bastante raro en el arte medieval militar, estando sostenidas en su cara interior que da al patio, por una ménsula. Contaban con doble puerta de acceso a los adarves. Dentro del patio debía haber construcciones de madera de dos pisos, a tenor de los mechinales que las delatan. Para penetrar al castillo había que atravesar un foso, hoy cegado, y entrar a través de una puerta de arco apuntado con tres escudos pertenecientes a sus constructores, los López de Orozco. Sus muros están almenados y en cada uno de ellos hay un matacán. Su única puerta, hoy en día semitapada por una casa y tapiada la otra parte, consta de un arco de medio punto, sobre los que se ven dos de los tres escudos con los que contó, representativos del señor que lo mandó edificar, Íñigo López de Orozco. En la actualidad se accede al castillo por una puerta abierta en este mismo muro y sin ningún valor arquitectónico. En los flancos Noroeste y Suroeste se ha levantado una estructura metálica que ocupa la mitad del patio para que el nuevo propietario complete la distribución a su gusto.

Puerta original del castillo. Un edificio casi ha ocultado la puerta y uno de los escudos.
Curiosa terminación de los cubos angulares, montados directamente sobre el adarve sin interrumpir el paso por él, ejemplo muy raro en el arte militar.


Estructuras metálicas que han construido en su interior.


Vista Sur del castillo en 2025.

Vista Sur del castillo en 2006. Este es el sector recientemente caído. Milagrosamente, parte del cubo Sureste se mantenía en pie. Obsérvese el mal estado de la torre del Homenaje y el edificio amarillo que casi ha taponado la puerta del castillo


Torre del Homenaje. Se observan los matacanes y la puerta original de entrada, en altura. En el muro trasero aparecen los mechinales de las vigas de las antiguas construcciones de madera que había en su interior.


Interior de la puerta en 2025. Sobran los comentarios.

Interior de la puerta en 2006.

Guijosa fue conquistada a los musulmanes, junto con Sigüenza, en 1124. Gracias al empeño de Alfonso VII, la zona se repobló con rapidez. En el siglo XIII el pueblo pertenecía a doña Beatriz, reina de Portugal e hija ilegítima del rey Alfonso X y su amante doña Mayor Guillén. Por herencia pasó a doña Blanca, hija de doña Beatriz, que poco más tarde lo vendió al turbulento y poderoso infante don Juan Manuel. Muerto éste, el señorío de Guijosa se incorporó a la Corona. Alfonso XI lo donó a don Iñigo López de Orozco. Pedro el Cruel, ante la traición de López de Orozco, que se pasó a los Trastámara, ordenó apresarlo y fue muerto por el mismo rey en persona, en venganza. Al parecer fue levantado el castillo por esta familia durante el siglo XIV. Luego pasó el señorío a la familia Medinaceli, pues en 1424 habitaban el castillo el tercer conde de Medinaceli, don Luis de la Cerda. Y después pasó a su hijo, don Juan de la Cerda. Este personaje, por contrariedades amorosas, donó sus propiedades a su sobrino, primer duque de Medinaceli, en 1459. Muchos años después, la duquesa dejó en testamento la propiedad del castillo al pueblo de Guijosa. Pero al perder su ayuntamiento pasó a pertenecer al ayuntamiento de Sigüenza. Los vecinos se negaron a pagar la contribución de 40.000 pesetas, por lo que, en 1973, pasó al Patrimonio del Estado, quién lo sacó a pública subasta. El edificio fue adquirido por Luis Moreno de Cala Torres, por 1.100.000 pts. En 1988 se volvió a vender a otro particular por 1.800.000 pts. En la actualidad sigue siendo de propiedad privada.

