Castilviejo de Guijosa

A dos kilómetros del pueblo de Guijosa y a ocho de Sigüenza, en lo alto de un cerro de 1.150 m, muy cercano a la carretera de Bujarrabal. Controlando una vía de comunicación ancestral que, posteriormente, utilizaron los romanos. Se puede acceder a él sin dificultades desde la carretera.

 

 

 

Extremo Norte de la muralla, donde debió estar la puerta.

 

 

 

Aquí se observa el modo de construcción del muro.

El recinto del yacimiento es, aproximadamente, de forma de triángulo isósceles con una muralla cerrando la base del triángulo, el único no protegido por escarpes o fuertes pendientes. La muralla mide aproximadamente 90 metros, con dirección Norte-Sur la superficie se aproxima a los 3000 m2. La característica principal de su diseño es su forma acodada dividida en cinco tramos de entre 19 y 25 metros cada uno. La puerta o entrada al poblado se realizaría por el extremo Norte, bajo otra torre o pequeño bastión. Para ello el camino libre del campo frisio, situado en el centro, obliga a carros, caballerizas e infantes a realizar un giro hacia la izquierda, dejando desprotegido su flanco derecho.

A lo largo de todo el pie de la muralla se presenta una estructura de foso (80 m) como segunda línea de defensa del castro. Sólo es interrumpido por el camino de acceso desde el campo frisio hasta la puerta el castro. Se le calcula unos cuatro metros de profundidad hasta la base de la muralla aunque, como se aprecia en las fotos está recubierto por masa vegetal y restos acumulados de derribo procedentes de la antigua muralla.

En Castilviejo encontramos dos estructuras de campo frisio (chevaux-de-frise) en la cara Oeste que complementan al foso y la muralla. El primer grupo de piedras hincadas al Norte tiene unas dimensiones de 56 x 18 metros y el segundo de 40 x 24 metros. Los dos grupos terminan al borde del precipicio por lo que el recinto defensivo quedaba completado por todo su perímetro. Se componen de piedras verticales de diversos tamaños alcanzando algunas de ellas los 80 cms. de altura. Sus formas, talladas o no, son variables predominando los poliedros rectangulares y otros acabados en punta. El primer grupo Norte se halla parcialmente restaurado como indica la limpieza de líquenes de sus superficies. Además, en las campañas arqueológicas se preocuparon de dispersar herbicidas y gravas para su mejor conservación. Mientas, el campo de piedras hincadas Sur se mantiene en su posición y estado original. El pasillo central no es regular y su longitud es de unos 20 m mientras que su anchura oscila entre los 3 y los 4 m.

Campo frisio. Son piedras hincadas, cuya misión es impedir que la caballería, y sobre todo los carros y las posibles armas para destruir las murallas, se puedan acercar al recinto murado, dificultando también la acción de los hombres de a pie al entorpecer la marcha y no facilitar ningún cobijo.

Campo frisio.

Se ha datado en el siglo II a.C. en época celtibérica tardía, posiblemente erigido en el transcurso de la segunda guerra celtibérica que terminó con la toma de Numancia por los romanos. Luego fue vuelto a utilizar en la Guerra Sertoriana del siglo I a.C. Los árabes lo ocuparon desde el siglo X al XII aprovechando sus estructuras y, al parecer, construyendo una torre. Fue conquistado por los cristianos.