Murallas de la Villa Nueva (al-Binya)

La Villa Nueva y sus murallas estaban situadas al Sur del arroyo de la Miel, a escasos metros de la Villa Vieja y también junto al mar. Se trataba de una colina en la que sobresalían las ruinas de la antigua ciudad romana de Iulia Traducta. Por tanto Algeciras, a partir de 1285, se convirtió en una ciudad doble, dotada de dos recintos independientes y de edificios y espacios emblemáticos duplicados: alcázar, mezquita,  mexuar y, probablemente, necrópolis, adquiriendo una peculiaridad única.

De sus estructuras defensivas sólo han salido a la luz, aunque muy expoliadas varias torres de flanqueo en el flanco meridional y restos de la escarpa del foso cerca del mar en el recinto Norte.

 

 

Plano que representa la ciudad de al-Binya fundada por el sultán Abū Yūsuf entre 1279 y 1285, levantado por Jorge Próspero de Verboom en 1726.

La documentación más importante al margen de los reveladores hallazgos arqueológicos para poder conocer el trazado y los diferentes elementos que configuraron el recinto defensivo de la Algeciras medieval, son los planos levantados por Jorge Próspero de Verboom, ingeniero militar belga al servicio del rey Felipe V de España, entre 1724 y 1730, de las ruinas de la ciudad y su proyecto de reedificación, que reproducen con sorprendente fidelidad y detalle las murallas, la torres de flanqueo, el foso, las coracha, las barreras o barbacanas y las puertas de la ciudad musulmana y, luego, cristiana.

 

 

 

 

Esta es la torre más cercana al mar.

El recinto Sur tenía forma poligonal con lados sobre el acantilado marino y otros dos (Oeste y Norte) sobre el escarpe que daba al río. Sólo un tramo, el que miraba al Suroeste, permitía un fácil acceso hasta la muralla, por lo que era el más fuertemente defendido. También disponía de antemuro y foso. Las murallas de al-Binya eran de tapial.

Los mejores restos, por no decir los únicos, son las tres torres conservadas en el Paseo de la Conferencia. Presentan planta cuadrada de 5,5 metros de lado y están separadas por una distancia media de 25 metros. El número total de torres según Verboom, variaba entre 35 y 40.  En 1910 aún se conservaban cinco de estas torres del flanco Sur y varios tramos de muralla. En el año 1999 se procedió a limpiar estas tres torres, pero en el año 2021 estaban en pésimo estado, olvidadas y medio cubiertas por vegetación. Son macizas y tienen fábrica de mampostería por hiladas con las esquinas reforzadas por sillares, pero fueron forradas con una capa de tapial que aumentó sus dimensiones y su capacidad para resistir impactos de proyectiles.

La torre del medio.

Y la torre más alejada del mar.

En el ángulo Sureste del recinto meridional de la ciudad meriní, en la hoy desaparecida playa de El Chorruelo, se alzaba la llamada, en el siglo XVIII, Torre de Don Rodrigo. Se trataba de una torre albarrana junto con su coracha, similar a la del extremo Norte de la ciudad. Su planta era octogonal y alcanzaba una altura próxima a los 12 metros y una anchura de 6. Presentaba fábrica de tapial con un basamento de calicanto y sillares y estaba macizada hasta algo más de la mitad, disponiendo, en la parte superior, de una estancia abovedada a la que se accedía desde la terraza y el adarve de la coracha. Estaba remataba con una azotea y pretil. En el siglo XVIII la “torre del Espolón” meridional, ubicada en la esquina del recinto de al-Binya, se utilizó como puesto de guardia y almacén de pólvora. Eso explica la existencia de la garita que aparece en los grabados y fotografías de finales del siglo XIX y principios del XX. En 1730 es mencionada con el nombre de Torre de Don Carlos. A finales del XVIII funciona como polvorín, con un cabo y cuatro hombres.

 

 

Acuarela de la torre del Espolón realizada a finales del siglo XIX por Ernest Louis Lessieux, “Ruine à Algesiras”, depositada en el Museo Municipal.

 

 

La torre del Espolón en un grabado aparecido en la

“Ilustración Española y Americana” en 1883.

 

 

 

Fotografía de 1906, después que la torre y la coracha fueron derribadas por un temporal en 1901.

Del recinto Sur o ciudad meriní sólo se tienen noticias de dos puertas: una situada junto al alcázar (Puerta Nueva), en el ángulo Oeste, y otra ubicada frente a la Villa Vieja, en el inicio de la actual calle del Duque de Almodóvar, ¿Puerta del Mar? pero no se han encontrado vestigios materiales. Es probable que hubiera algún otro ingreso, quizás en el flanco Sur, pero se desconoce.

Patio del Coral. La zona denominada Patio del Coral es una de las vías de acceso a la Villa Vieja por el Norte junto al cauce del río de la Miel. Su acceso desde el río se realiza a través de una rampa que es el elemento más importante de la zona al haber sido identificada como parte de una de las puertas medievales de acceso a la Villa Sur. Esta puerta, identificada hoy día en las fuentes como la llamada Puerta de Mar, permitía el acceso al puerto medieval situado en el antiguo estuario.

Rampa en zig-zag del Patio del Coral, totalmente degradado y con escasa seguridad para los visitantes.