Muralla de la Almudaina

La Almudaina se sitúa adosada al lienzo Oeste del castillo. La ciudad islámica sólo ocupaba la parte más alta. El castillo como zona militar y la almudaina como zona administrativa, de residencia de funcionarios y cargos relacionados con el Estado islámico. El recinto amurallado encerraba alrededor de 125 casas, una mezquita situada en el solar de la catedral y algunos servicios urbanos. Fuera de la ciudad se encontraba un arrabal de unas cincuenta casas.

Se hallaba muy transformado este recinto mientras fue ocupado por los militares. Hasta que fue donado al ayuntamiento y, como desgraciadamente suele ser demasiado habitual en España, se convirtió en una total ruina. En la actualidad (septiembre de 2022) continúan las obras para transformarlo en Parador de Turismo.

Recinto de la Almudaina. Se ve el muro, pero sin las torres flanqueantes. Y dentro los edificios reconstruídos para albergar el Parador.

Plano de las murallas medievales, la almudaina y el castillo.

Escudo con las cuatro barras de Aragón, que preside una de las puertas.

Extremo occidental de la Almudaina.

El recinto contaba con un total de seis torres que actualmente se encuentran en un estado de conservación muy diverso. Son mucho más visibles desde fuera del recinto amurallado. El flanco Norte, todavía con dos torres, es prácticamente imposible de ver al quedar dentro de unos jardines privados. Aunque esta zona podría ser visitada una vez acaben las obras del Parador. Este recinto, junto con el castillo, conformaba una verdadera fortaleza. La Almudaina estaba separada del castillo por una muralla diafragma que tenía una torre-puerta en el centro por la que se comunicaban los dos recintos. Esta torre fue demolida al construirse, en el siglo XVIII, los cuarteles proyectados por el ingeniero militar Simon Poulet. De esa época son las disposiciones de seguridad por las que se impedía construir en los alrededores de la fortaleza, lo que permitió inscribir los terrenos del Sur del promontorio sobre el que se asienta la ciudad (zona del Soto) como propiedad militar. Hay que agradecer que el mantenimiento de esa servidumbre hasta hace pocos años ha impedido el crecimiento urbano en esa dirección y ha permitido la conservación de la silueta característica de la ciudad vista desde el mar. El edificio, todavía en los siglos XIX y XX, sufrirá diversas reestructuraciones (cocinas, gimnasio, etc.). Tras la construcción de la nueva muralla quedó a intramuros como un reducto exento, carente de función defensiva. Desde entonces sirvió de alojamiento a la guarnición de la plaza, hasta el 6 de junio de 1972 en que fue cedido por el Ejército a la ciudad de Ibiza. Desde entonces se convirtió en una total ruina, hasta que comenzaron las obras del Parador.

 

 

 

 

 

Lienzo septentrional de la Almudaina.

El recinto de la Almudaina asoma por encima del baluarte de San Jorge.