Fuerte de San Blas

 

 

Cerro de San Blas, visto desde el castillo de Sopeña. Entre el bosque de pinos se construyeron las piscinas municipales.

Grabado del fuerte de San Blas de mediados del siglo XIX.

En el cerro de su nombre, uno de los dos que dominan la población, el más alejado del río.

Desaparecido. Sobre sus restos se construyeron las piscinas municipales.

Construído sobre un convento franciscano con una antigüedad de varios siglos, y sobre el cual se efectuaron obras defensivas durante la Primera Guerra Carlista (1833-1840). Fue levantado con motivo de las obras de refortificación planificadas por Nicolás de Ugarte. La fortificación consistió en una mezcla de los muros del convento reutilizados para dar forma a un recinto de planta cuadrangular rodeado por un foso de tierra y flanqueado en tres de sus ángulos por baterías conectadas entre sí. La iglesia se transformó en cuartel. Finalizaron las obras en 1875, sin llegar a entrar en combate, como el resto de fortificaciones, y fue abandonado. En 1885, todavía debía encontrarse en cierto buen uso, pues se utilizó como hospital ante una epidemia de cólera.