Fortín de Sástago

Se encuentra en un lugar muy pintoresco, auténtico hito que lo hace visible desde muchísimos kilómetros a la redonda, a 212 m de altura. Al borde de un acantilado que desciende hacia las aguas del río Ebro y entre varios de sus meandros. Se pude llegar hasta él con vehículo por un caminillo que surge en la carretera de La Zaida.

Muy buen estado. Fue restaurado en 2005-2006 y luego cerrado, como suele suceder, lamentablemente.

El fortín visto desde el Sur.

El fortín visto desde la torre del Tambor.

El fortín visto desde el castillo de Alborge.

Durante la Tercera Guerra Carlista se construyeron en la segunda mitad de 1875, 45 torres ópticas que se extendían desde Zaragoza hasta Amposta a lo largo de la orilla derecha del Ebro. Fueron erigidas por mandato del general Manuel de Salamanca, que reorganizó la defensa del eje del Ebro contra los carlistas, y bajo la dirección técnica del capitán del cuerpo de Ingenieros Manuel Bringas Martínez. Todas ellas, salvo alguna excepción como el fortín de Sástago o la torre de Salamanca de Caspe, fueron similares.

El fortín de Sástago comunica por el Oeste con la torre de los Ángeles, de Quinto. Y por el Este, según todas las fuentes consultadas con la torre de Escatrón (derruída e ilocalizada), pero durante nuestra visita hemos podido comprobar que desde el fortín de Sástago se ve con claridad la torre siguiente, es decir, la torre del Mocatero. Ignoramos pues, las funciones de la torre de Escatrón, si es que existió.

 

 

 

Entrada al fortín, con foso.

Básicamente se trata de una torre de telegrafía óptica más complicada que el resto, rodeada y defendida por un recinto de planta irregular (que recuerda vagamente a un pentágono) reforzado por baluartes y garitas. Encierra una superficie aproximada de 600 m2. La torre, de planta cuadrada, se encuentra exenta en el centro del recinto. Excepto por el Sur que es donde se encuentra la entrada, todos sus flancos caen a pico hacia el Ebro. El acceso está protegido por dos baluartes en sus extremos y por el foso. Las garitas son de planta aproximadamente circular, abiertas hacia el interior y cubiertas con una tosca bovedilla.  Todos los paramentos del recinto están abiertos con líneas de aspilleras para la defensa.

La torre central es una típica torre óptica de las construidas durante la tercera guerra carlista, aunque incorpora un pequeño cuerpo superior que no tienen las demás. Es de planta cuadrada con 10 metros de altura. Las esquinas (de sillería, a diferencia de la mampostería del resto) están achaflanadas. El interior de la torre se distribuía en tres plantas actualmente desaparecidas, pero que pueden adivinarse siguiendo las líneas de aspilleras.  La planta inferior era el almacén, el primer piso estaba destinado a la guarnición, y la parte superior era una azotea donde se colocaba el aparato para hacer señales ópticas. En la esquina Noroeste de la azotea hay una torrecilla cuadrangular de menores dimensiones.

El general don Manuel de Salamanca y Negrete mandó elaborar con urgencia un informe sobre la situación en que se encontraba la zona bajo su mando. Realizado éste, consideró que las líneas telegráficas que se estaban construyendo eran muy vulnerables pues fácilmente se cortaban los hilos, por cual considera que se deben doblar con otras líneas de señales ópticas. Fue el Cuerpo de Ingenieros el encargado de la realización de las obras y de señalar los puntos en que se instalarían las torres si bien serán los ayuntamientos de los términos en los que se edifican las torres los que debían pagar la construcción de las obras. Además de terminar las líneas telegráficas, suministrando 1000 aisladores y 450 postes a costa de estos municipios. En el momento que el ejército se hizo cargo de las torres éstas estaban completamente terminadas. Equipadas con cocina, muebles, bancos, así como con todos utensilios necesarios, incluido un reloj de pared. Los costos de su construcción fueron sufragados por los vecinos. El cabecero que colocaron en la puerta de entrada era de una pieza, piedra arenisca y enorme peso, podía leerse grabado en artística letra AÑO 1875. Solamente corría a cargo del Ejército la instalación del aparato, de señales Salamanca que estaba valorado en 470 reales y se colocaba en la parte superior de la torre. Constaba de un mástil de unos seis metros de altura y dos aspas que con posiciones distintas permitía mandar mensajes cifrados. La rapidez con que las obras se realizaron fue extraordinaria ya que los primeros mensajes se transmitieron en el mes de octubre. Las torres tuvieron una utilidad corta, la guerra la tenían prácticamente perdida los carlistas a finales de 1875 por lo cual las fuerzas militares abandonaron las instalaciones y a principios de 1876 el ejército retiró el aparato de señales ópticas.