En primer término, restos del fortín. Al fondo, se ve el castillo.
En 1837, el castillo se reforzó con toda una serie de defensas avanzadas que pueden considerarse como obras distintas al castillo. Estas fueron los fortines de San Cristóbal, al Este, San Macario (desaparecido) y San Pedro (también desaparecido), los dos al Sur. También hubo algunas defensas dispersas para reforzar puntos neurálgicos. San Cristóbal se sitúa sobre la cresta rocosa, a unos centenares de metros al Este del castillo, cercano a unas antenas. El fortín de San Macario estuvo en la colina donde hoy se alza la ermita homónima. Y el de San Pedro, en el pequeño montecillo que domina al cementerio.
Muy mal estado. Tan solo quedan muros y basamentos de varios cubos circulares en el Fortín de San Cristóbal, en lo alto de la cresta. Así como algunas defensas todavía conservadas en el camino de acceso y en las peñas que dominan el puente levadizo.
Gran cubo artillero del fortín.
Antiguo camino de Alcañiz, empedrado, que cruza la sierra hacia el Norte. En el collado existe un desvío que conduce al castillo. En esta revuelta, en el lugar donde se alza la bandera, existen los restos de un edificio de gruesos muros en el que se abre una cañonera (foto superior) que bate el camino en todo su ascenso.
Restos de un lienzo que cortaba el camino de acceso. Posiblemente hubiera una puerta aquí.
Muro situado en las alturas rocosas que dominan la puerta y el puente levadizo.
Sólido edificio con vestigios de aspilleras, situado junto al camino del castillo, vigilando dicho camino y el pueblo mismo.