Fortín de la Torre Mudéjar

Sobre el cerro en cuyas laderas se asienta la población, enfrente del castillo.

Muy buen estado, tras haber sido restaurado recientemente, aunque con muy poco rigor histórico.

Reducto de planta hexagonal irregular con seis torres en sus esquinas, tres circulares y tres cuadrangulares. Tiene una superficie de 840 m2. La puerta se ubica en el lienzo Sureste. Los muros están alamborados, fueron de estilo italianizante, con grandes sillares que le daban un aspecto contundente. Todo ello ha pasado a la historia, después de someter el recinto a una dura reconstrucción con mármol negro y otros materiales modernos. En cuanto a la torre mudéjar, única de su estilo en la Comunidad Valenciana, se sitúa en el centro del fortín, exenta. Es de planta octogonal, con tres cuerpos. El primero, seguramente romano, no tiene estribos ni adornos. A esta antigua torre se la conoce desde el año 713 documentalmente como “torre de la Alcudia”, por su gran altura. Cada uno de sus lados mide 23 palmos (4’83 m.) y sus paredes tienen 15 palmos (3’15 m.) de espesor. Cuenta con cuatro hermosos aposentos, uno encima de otro, con bóvedas de piedra picada que asentaban sobre ocho arcos que salían de las ocho esquinas. En el espesor de la pared se abre una escalera de caracol para subir y un tubo que llevaba el agua de lluvia hasta el aposento más bajo que servía de cisterna. El segundo cuerpo, con las campanas y el tercero, son de estilo mudéjar, muy posteriores y sin carácter defensivo. Es propiedad del ayuntamiento.

Fotografía antigua donde se muestra el estado ruinoso del fortín y la torre. A la izquierda, la torre, exenta, cuyo primer cuerpo se cree romano.

 

 

 

El fortín visto desde el castillo.

El fortín es una construcción de nueva planta realizada por las tropas del general Oraá a finales de 1837, durante las obras de fortificación de la ciudad ante el empuje de las fuerzas carlistas. Para ello se utilizaron los materiales de la arruinada alcazaba árabe del siglo XII situada en el mismo lugar. Cuando el general carlista Forcadell atacó la villa, consiguió tomar todas sus defensas excepto la torre, donde resistieron los liberales tres días hasta que llegaron los refuerzos del general Borso para liberarles. Desde las Guerras Carlistas, la torre quedó abandonada, degradándose con los años, hasta que llegó la polémica restauración anteriormente comentada.

 

 

Entrada al fortín, muy alterada por la restauración moderna.

 

 

El aspecto de las defensas es impresionante, pese a haber sido excesivamente modernizadas.

 

 

 

Baluarte pentagonal, en el flanco Norte.