Castillo Palacio de los Cruílles

Se localiza en el centro de la localidad, en la plaza de San Juan de Ribera. Es conocido popularmente como “el castell”.

Muy buen estado, pero notablemente modificado por los sucesivos propietarios y diferentes usos a los que ha sido sometido.

 

Obra del siglo XIV, restaurado con acierto en 1997.

Palacio fortificado con fuertes torres en sus cuatro esquinas en origen, pues ahora solo queda una de ellas. Cuenta con tres plantas, excepto la torre que tiene cuatro. Tiene planta más o menos rectangular (25 x 19 m) con un patio central, pero posiblemente sea resultado de la anexión de un edificio contiguo. Los elementos decorativos son producto de la profunda reforma sufrida, en la que se imitaron los de otras construcciones de su misma época. La puerta principal, que era adintelada, se ha transformado en un arco de medio punto y la escalera interior ha sido totalmente reconstruida. Parece original el oratorio, lugar de residencia de San Vicente Ferrer cuando visitó la población. Es propiedad del ayuntamiento.

Fue una alquería musulmana (al-Hara), conquistada por Jaime I en 1249 y donada a Ximén Pérez de Tarazona. Posteriormente fue adquirida por Guillem Jáfer, y más tarde, por Bonifacio Ferrer, quién la elevaría a señorío por concesión del monarca Juan I. En 1396 se vendió a Bartolomé Cruílles, quién construyó el castillo y cuya familia ostentó el señorío hasta finales del siglo XVI. En esta época se vendió al patriarca San Juan de Ribera, arzobispo de Valencia, quién lo cedió al Real Colegio del Corpus Christi de Valencia.

 

 

 

 

Patio y escalera interior.