En la parte alta del pueblo, entre las casas, resalta la gran torre del Homenaje.
Lo podemos encontrar en la parte más alta del casco urbano.
Muy mal estado. Solo quedan restos de la gran torre del Homenaje y algunos lienzos dispersos entre las casas.
Se puede observar como las construcciones modernas no respetan los restos de la torre.
La torre del Homenaje es de planta trapezoidal, con fábrica de tapial y mampostería. Es difícil observarla desde cualquier punto porque las casas la han engullido, ante la indiferencia de las autoridades. Muy cerca de ella, en lo más recóndito del casco viejo, existe una pequeña plazoleta llamada Plaza del Castillo. Como su propio nombre indica fue el antiguo patio de armas de la fortaleza, pero está totalmente desvirtuado y usurpado por las casas actuales. Además de la torre, quedan algunos lienzos, muy arruinados y ocultos por casas, cercanos al Barranco de Teulada, visibles únicamente desde la carretera de Ribarroja. Mucho nos tememos que su destrucción irá en aumento
Algunos de los lienzos visibles desde la carretera.
Villamarchante fue uno de los pobles-castell de las crónicas, junto con Benaguacil, Ribarroja y Pedralba. Aunque se dice que su origen es romano, aparece documentado por primera vez en 1238, año en que fue donado por Jaime I a Pedro Cornel. Pero más tarde, el mismo rey lo donó a Ximén Pérez de Arenós, junto con Cheste, a cambio de las posesiones que éste poseía en Castalla y Onil. En 1335 el señorío pasó a detentarlo Blas Maza de Verga. Más tarde perteneció a las familias de los Montcada y Villalba.