Castillo de Villalonga

Vista meridional del castillo, en la que se puede apreciar todo el recinto.

En las estribaciones septentrionales de la Sierra Gallinera, a unos 2 km. al Este del pueblo. Se puede llegar por un camino rural llamado Camino del Castillo, que nos lleva hasta el Barranco del Castillo. Aquí comienza un sendero que lleva al castillo. También es llamado Castillo de los Moros.

Muy mal estado. Quedan diversos lienzos muy arruinados que corren peligro inminente de derrumbamiento, como ha ocurrido ya en algunos lugares.

 

 

Construcción situada en el interior que puede confundirse fácilmente con un aljibe.

Castillo roquero de planta irregular con dos recintos parcialmente concéntricos y escalonados. Presenta una longitud de 90 m y una anchura de 40, cubriendo sus muros una superficie aproximada de 2.400 m2. Quedan restos de una barbacana en la zona Oeste y de una posible puerta en el lienzo meridional, pero está todo tan arruinado que es difícil asegurar. También existe un gran aljibe adosado al lienzo Sur, aunque es difícil de descubrir. En el recinto superior, que hace las veces de celoquia, destaca un lienzo que todavía conserva almenas, pero su base está muy erosionada y ha perdido mucho espesor, por lo que cualquier día se vendrá abajo. En este mismo muro aparece un curioso vano con aspecto de puerta, pero los escarpes son de gran altura y su acceso es imposible, por lo que se desconoce cual era su función. Su fábrica está realizada con encofrado de hormigón islámico o tapial.

De manera excepcional en nuestra geografía, se ha conservado un lienzo con siete almenas. Se puede apreciar su fábrica y su adarve.

 

 

 

Flanco Oeste.

 

 

 

Ladera septentrional del monte del castillo.

 

 

 

Aljibe.

 

 

 

Entre los muros se puede observar la puerta, acodada.

Lienzos del extremo Este, en grave peligro de derrumbamiento.

Castillo musulmán conquistado por Jaime I en 1259, quién lo definió como “un castell de roques grans e fortes”. El mismo año fue donado a Arnau Romaní, según privilegio firmado en Castielfabib. Más tarde, pasó a manos de Joan Llançol, después a Berenguer Rodrigo de Borja, futuro Papa Alejandro VI. En 1621, Felipe III, hizo donación del señorío a Carlos Borja, cuyos descendientes ostentaron el señorío hasta el siglo XIX.

El castillo visto desde el Este. Desde aquí se muestra su completa ruína y sus muros dispersos y en grave peligro de desplome.