Castillo de Vera

El recinto del castillo, desde la torre Sur, a la izquierda, a los restos de la torre Norte, a la derecha.

Se sitúa en el extremo Noreste de la loma de suaves pendientes que ocupa el caserío, a 631 m de altura.

Muy mal estado. Sus escasos y transformados restos se ocultan entre las casas y, dada la imposibilidad de entrar en su interior, son muy complicados de observar.

 

 

 

Lugar del castillo, visto desde el Norte. La existencia de un jardín arbolado imposibilita ver el muro.

Torre Sur. Es de mampostería con sillares en las esquinas. Tan solo tiene tres lados, estando abierta hacia el interior del recinto. Es de planta rectangular (4 x 5 m) con tres pisos de altura. En la planta baja el grosor de su muro es de 90 cm. Conserva una altura de 9 m y está rematada por un almenaje prismático, en la que se abre una saetera alternativamente en cada una. En la actualidad solo puede verse su parte superior sobresaliendo por encima de los tejados.

Castillo montano de planta irregular apenas perceptible debido a la invasión de su recinto por las casas modernas. Cubría una superficie de 850 m2. Debió contar de varias torres situadas de trecho en trecho, pero han desaparecido. Frente a la plaza se alzaba la portada y su fachada principal, pero fue destruido todo para levantar unas viviendas modernas. Lo único que asoma por encima de los tejados es la torre. Desde la torre arranca un muro de 14 m de largo, paralelo a la plaza y medio embutido en una casa. Su base es de mampostería hasta los tres metros de altura, el resto de tapial. Este lienzo conserva una aspillera, a nivel del suelo, lo que indica que el nivel original estaría más bajo.

 

 

 

Extremo Norte del castillo antes de que se derrumbara el muro.

El muro Norte conserva 26 m de longitud y tiene 1’5 m de grueso, aunque algunos tramos se han desmoronado. Tiene los primeros cuatro metros de mampostería y el resto de tapial, aunque aparece muy erosionado. En las esquinas del mampuesto aparecen pequeños sillares. En algunos tramos el muro se apoya sobre grandes sillares de 80 cm de largo.

El muro Noreste es similar al anterior, pero en mejor estado y con tan solo 8 m de largo. En este muro se localizaba una ventana de interesante fábrica, con tres sillares que enmarcaban un vano rectangular bajo arco de medio punto labrado en un sillar superior, pero esta parte se derrumbó.

El ángulo Este se perdió y se reconstruyó con ladrillo a modo de un pilar semejando una torre.

 

 

 

Muro Sureste, restaurado.

El muro Sur y último también está reconstruído pero de forma equivocada han cambiado su orientación dejando la torre fuera de línea. Es escasamente visible pues sobre él se han levantado viviendas.

 

 

 

Muro meridional.

Vera en 1126 formaba parte del señorío de Pedro de Atarés, pasando después a Blasco de Huesca, quién entregó carta de población en 1162. Fue señorío del muy cercano monasterio de Veruela desde la donación por Alfonso II en 1174. En 1283 el lugar fue despoblado a causa de las guerras con Castilla, por lo que en 1288 recibió una nueva carta-puebla donada por el monasterio. Al comienzo de la Guerra de los Dos Pedros (1357), con los desastres de la guerra unidos a una epidemia de peste negra, a partir de 1361, Vera volvió a quedar abandonada. Se cree que los restos conservados pertenecen a su reforzamiento durante la Guerra de los Dos Pedros. En 1368 el monasterio volvió a conceder una nueva carta de población a 32 cristianos y sus familias. En 1462, Vera, Veruela y Alcalá fueron ocupados pasajeramente por los castellanos. Luego perteneció a Veruela hasta la Desamortización de 1836, cuando fue adquirido por vecinos del lugar que lo dividieron en dos propiedades habitadas hasta mediados del siglo XX.