Castillo de Vierlas

 

 

 

La única pared del castillo conservada.

Se construyó en el extremo de una colina independiente del caserío, aunque hoy día ha quedado englobado por edificaciones modernas.

Prácticamente desaparecido. Otra de las lamentables actuaciones llevadas a cabo por los poderes públicos sobre un edificio histórico. En 1975 se demolió una zona del promontorio o plataforma donde se asentaban los restos del castillo. Así, a finales del siglo XX tan sólo quedaban parte de algunos lienzos originales del edificio. Tras acometer el ensanche de una plaza de esta localidad se destruyeron gran parte de estos restos.

El castillo, de reducidas dimensiones, se construyó sobre una gran roca de 8 m de altura que tenía una superficie en su cota superior de 26 x 30 m. aproximadamente. Para su construcción se utilizaron sillares de gran tamaño, algunos de un metro de largos y 45 cm de alto. Tenía un pozo de agua en la parte alta, pero esa zona fue destruída. Tenía también la llamada “Sala de las columnas”, adosada a una de las paredes, con dos pisos, pero también fue arrasada en 1975. Eran cinco columnas de 2 m de altura, circulares, de 50 cm de diámetro, talladas en caliza. Hoy están recolocadas a los pies de sus restos. Quedan paredes de piedra adosadas a la roca natural para alisarla. Apenas subsiste poco más.

 

 

 

Columnas del castillo reutilizadas en la plaza.

En 1147 estaba en poder del rey navarro, García Ramírez y en 1254 Teobaldo II de Navarra, vendió Vierlas a García Romeu por 3.000 maravedíes de oro. En 1368 Carlos II de Navarra vendió el castillo a Gil Pérez de Vierlas. En 1375 estaba en poder del infante don Luís de Navarra. En 1391 es comprado por Carlos III de Navarra a Pedro Pérez Calvillo pero en julio de ese mismo año, el rey navarro lo donó a Martín de Lacarra. Con la rebelión de Fadrique de Luna, pasó a la Corona, hasta que, en 1437, Alfonso V lo donó a Lope de Urrea. Hasta el año 1975 solo quedaba la gran plataforma de roca sobre la que se asentaba y algunos restos de paredes, pero en 1985 se llevó a cabo un proyecto de reforma de la plaza que destruyó la mitad de la plataforma rocosa. Han quedado dos subterráneos, acondicionadas en 1990 e instalándose una escalera para su posible visita.