Sobre una colina que domina el pueblo desde el Este. Su acceso no reviste complicación ninguna.
Muy mal estado. Apenas queda un sector de una torre.
Castillo montano, de planta ovalada, con 60 m. de largo por 40 m. de anchura. La cima de la colina forma una meseta bastante llana, en cuyo extremo Noroeste se encuentran los restos de la torre. Conserva todavía unos 15 m. de altura y su fábrica es la mampostería. Se halla derrumbada en su mayor parte y, para evitar que caiga el resto, en época indeterminada, se le añadieron unos contrafuertes de hormigón que le dan un aspecto bastante extraño y la ocultan lo suficiente para que cueste observarla con claridad.
Cerro del castillo, desde el Este, completamente horadado por infinidad de cuevas-bodega. Todas están abandonadas y debido a las lluvias, sufren hundimientos y desplomes constantes. Es un tanto peligroso ir por aquí, además de que se pone en peligro la propia estabilidad de la torre.
Por célula de 1311, el rey Fernando IV ordenó que Torralba se sometiese al Concejo de Cuenca. En un privilegio confirmado por Enrique II en 1370, se concedió a Alvar García de Albornoz, las villas de Torralba y Tragacete, con sus castillos, términos y vasallos. Fue propiedad de don Enrique de Aragón, marqués de Villena, y en esta villa terminó su libro “Arte Cisoria” en 1423
El castillo, desde el Noroeste.
Cerro del Tesorillo, muy cercano al castillo. Aquí se cree que estuvo el palacio fortificado del rey moro Abu Zeit. Sus diversos escalonamientos así lo hacen pensar pero no existe resto alguno.