El peñón del castillo visto desde el Oeste.
El mismo peñón desde el fondo del valle de Miravet, al Noreste.
Sobre un espectacular peñón rocoso de paredes verticales, a 519 m. de altura, dominando el valle de Miravet desde la izquierda. Está a unos 9 km. al Sureste del pueblo y su acceso se realiza desde el fondo del valle, en la parte oriental de la fortaleza. Por este valle discurre una carreterilla que se dirige hacia Benicásim y que pasa a sus pies. En este punto, y a través de unos bancales de almendros se puede ascender. El acceso hasta la cumbre es imposible, pues las paredes rocosas verticales lo impiden, a no ser que se utilicen técnicas de escalada. Mantiene contacto visual con los castillos de Albalat, Miravet y Montornés. Es nombrado también como Zufera y Azafuz.
Prácticamente desaparecido. Sus restos son muy escasos y la espesa vegetación los oculta en su mayor parte.
Flanco oriental de la roca. Hemos marcado con flechas el lugar de ascenso más probable. Aunque sin material de escalada es extremadamente peligroso.
Castillo roquero sobre peñasco inexpugnable, espectacular nido de águilas, lugar inverosímil y asombroso. Su nombre (zufera) significa “el peñasco”, en árabe. Está formado por una pequeña fortaleza que estuvo sobre las rocas y una puebla amurallada que se desparramaba en su ladera oriental, ahora cubierta por un espeso bosque de arbustos y pinos.
La peña rocosa forma una meseta en su parte superior. Es posible que su primitivo acceso fuera destruido por algún derrumbe en el pasado, pues ahora es totalmente infructuoso. Desde luego, sus paredes verticales hacen imposible la subida, excepto por el Este, lugar por donde algunos avezados visitantes han conseguido ascender hasta los restos. Y según dicen, además de fragmentos cerámicos, quedan algunos muros de mampostería trabada con mortero de cal y un aljibe medianamente conservado.
Imagen septentrional. Al fondo se ven las Agujas de Santa Águeda.
En la empinada ladera oriental estuvo la puebla y es aquí donde podemos observar algunos restos, aunque la ausencia de senderos y la tupida espesura vegetal hacen muy complicado el objetivo. Podemos encontrar fragmentos cerámicos en superficie, basamentos de muros de piedra en seco, la base de lo que podría ser una torre de planta cuadrangular y, sobre todo, el gran aljibe, de considerables dimensiones (16 x 5 m) y unos tres metros de profundidad. Conserva vestigios de la bóveda que lo cubría. Tiene fábrica de mampostería y en su interior se ha conservado bastante bien el mortero impermeabilizante. Su esquina Noreste ha sido derribada artificialmente y es el lugar por donde se puede penetrar en su interior. A pesar de su gran tamaño, está casi totalmente oculto por la vegetación, siendo difícil su localización.
Base de una torre cuadrangular.
Muro de piedra en seco.
Esquina Sureste del aljibe.
Esquina Noreste del aljibe, derribada en el pasado.
Interior del aljibe, y detalle del mortero impermeabilizador.
Desde el castillo se domina la costa de Cabanes y Torreblanca, hacia el Norte.
Y también, hacia el Sur, se ve hasta el Grau de Castellón.