Castillo de San Carlos

 

 

 

El castillo visto desde el Oeste, desde tierra.

Se encuentra en la Punta del Castillo, entrante rocoso en el mar que protegía desde el Sur el puerto de Finisterre. En el pasado estaba fuera de la población pero actualmente ha quedado completamente englobado por los edificios modernos. Existen rótulos indicadores, siendo su acceso muy sencillo.

Muy buen estado. Fue restaurado con acierto para albergar el Museo de la Pesca.

Fotografías antiguas del castillo, con la costa todavía sin urbanizar.

Exterior e interior de la puerta del castillo, protegida por numerosas aspilleras.

Batería costera abaluartada, con planta irregular debido al espacio disponible entre las rocas. Está formado por un pequeño recinto de unos 460 m2, con una batería de ocho cañones encarada hacia el Noreste y otra, más pequeña, de tan solo tres cañones, orientada al Sureste. En medio cuenta con un amplio edificio en el que se ha instalado el Museo de la Pesca y que, antaño, fueron los cuarteles para la tropa. Este edificio en su origen no debía llegar hasta el límite del muro de la batería, por lo que debió ser prolongado durante su reconstrucción, ni tener tanta altura que sobresaliera por encima de las baterías. El resto de muros del castillo, es decir, todos los que encaran hacia tierra, están profusamente aspillerados. La puerta es amplia, apta para el paso de cañones y carruajes, y se cubre con un sencillo arco escarzano.

 

 

 

El edificio del museo sobresale de la línea de la batería, con un vistoso mirador de tres ventanas. Es indudable que es obra moderna.

Batería Sureste, con sus tres cañoneras, vista desde el mar y desde el interior.

 

 

 

Pequeño patio de armas meridional. Todo el muro Sur está aspillerado.

Garita situada en el ángulo Sur.

Fue construido a mediados del siglo XVIII (1757) dentro de un plan defensivo de la ría de Corcubión junto con el castillo del Príncipe, en Ameigenda (Cee) y el del Cardenal, en Corcubión, sin embargo, en aquella época sólo se llevó a cabo el replanteo general del castillo, la explanación del solar, la cimentación sobre roca a base de piedra y barro y un tramo de muralla. No se terminó hasta 10 años después por Real Orden de Carlos III. Fueron sus constructores, los arquitectos Demaur y Exaccha. Sufrió en el asalto francés a Finisterre durante la Guerra de la Independencia, el incendio y destrucción de todas sus dependencias: cuarto del oficial, el cuartel de la tropa y el polvorín. En 1892 fue vendido por el Estado y adquirido en pública subasta por el industrial don Plácido Castro Rivas, natural de esta villa. Años más tarde, su hijo, Plácido Castro del Río, donó, en 1948, al pueblo de Finisterre este inmueble para que en él se hiciera un Museo.  Finalmente, la Cofradía de Pescadores de Finisterre y la Consejería de Pesca habilitaron el local para convertirlo en el Museo de la Pesca, el cual fue inaugurado en el 2006. 

Aspecto del edificio del museo.

 

 

 

 

Batería Noreste.

 

 

 

Frente Norte.

El castillo visto desde la otra parte del puerto.