
Vista Noreste del castillo.
En el cerro que domina la población por el Este, de 462 m de altura. Su acceso es fácil, incluso con vehículo.
Muy buen estado. Fue restaurado completamente en 1984, aunque en algunos detalles se aprecia excesiva modernidad.

Fachada principal del castillo, orientada al Suroeste

Puerta de entrada al castillo, situada en altura, con moderna escalera metálica.

Aspecto que presentaba el castillo antes de su restauración. Imagen extraída del blog: “petreraldia.com”.

Único lienzo conservado del albácar, con un cubo cuadrangular. En él se abren unas ventanas y puertas de antiguas casas-cueva, actualmente restauradas por el ayuntamiento.

Consta de un doble recinto murado que circunda a la torre del Homenaje, la cual aparece exenta. Dicha torre, de planta cuadrada (7’50 m de lado) y obra de tapial, fue una torre vigía o almenara que controlaba el paso por el valle del Vinalopó. Seguramente se levantó con anterioridad al siglo XII. Tiene dos plantas más la terraza y en ella se realizan exposiciones temporales. A finales del siglo XII o comienzos del XIII fue construído el albácar por los musulmanes, del que solo queda un largo lienzo reforzado con una torre de planta cuadrada, todo realizado en tapial, situada al Suroeste. En él se consolidó una población de campesinos formando una puebla. Más tarde, en el siglo XV se dividió su espacio creándose un área noble o militar que, separada del resto, es lo que hoy conocemos como el primer recinto (830 m2) . Es de planta poligonal irregular de ocho lados, rematado por almenas y al que se accede por una puerta con arco de medio punto situada en altura, con un matacán que la defiende, y un puente levadizo, hoy desaparecido, del que se conservan las gorroneras. Actualmente, en lugar del puente, hay una escalera metálica.


Aspecto externo e interno de la gran estancia que se levanta en el interior del patio, en el extremo Oeste.

Frente Norte.


Aspecto del interior del patio y detalle de sus pavimentos originales.




Torre del Homenaje y moderno acceso metálico.


Posible origen fenicio, pues han aparecido restos de esta época en el cerro del castillo, así como íberos y romanos. Incluso se dice que aquí acampó Aníbal con sus tropas. Más tarde los musulmanes alzaron la torre en el poblado, el cual fue conquistado por los castellanos en 1241 siendo cedido su castillo a García Jofré de Loaysa en 1258, cuya familia lo retuvo hasta el siglo XV bajo la corona aragonesa. En 1261, los musulmanes se sublevaron contra Alfonso X el cual requirió la ayuda de su suegro Jaime I para sofocar la rebelión, cosa que se consiguió en 1264. En 1296, reinando Jaime II se rectificaron los límites territoriales, pasando Petrel al Reino de Valencia. En 1590 una rebelión de moriscos dio lugar a que fueran expulsados éstos, antes que los demás del reino. El pueblo quedó casi deshabitado, siendo repoblado con 100 familias de cristianos viejos de Alicante, Castalla, Onil y Biar, todos de habla valenciana. Esto explica la diferencia con Elda, repoblada con gentes castellanas. Perteneció a los condes de Cocentaina y, más tarde, sus últimos señores fueron los Coloma, fundadores del Condado de Petrel, Elda y Salinas. En la Guerra de Sucesión tomó partido por Felipe V, el cual, en premio a su fidelidad, le otorgó el título de “Muy Ilustre y Leal Villa”, y la segregó de la jurisdicción de Elda. En 1844 fue escenario de una batalla entre las tropas gubernamentales del general Pardo y los insurrectos de Alicante, capitaneados por Pantaleón Bonet, que salieron derrotadas.

Magnífica vista meridional de la fortaleza.



Entrada a las mazmorras situadas en la planta baja de la torre del Homenaje. Y reproducción de algunos de los grafitos dibujados por los presos que todavía se conservan en sus paredes.


Imagen del castillo desde el Suroeste, donde se observa la muralla del albácar con las ventanas de las cuevas, la entrada elevada del castillo con pasarela metálica y la torre del Homenaje asomando por encima de todo el conjunto.