Castillo de Obón

En el casco urbano, englobado entre viviendas y difícil de distinguir. Entre unos callejones estrechísimos por detrás del ayuntamiento. Entre las calles de la Reja y San Vicente.

Tan solo queda uno de sus torreones, muy alterado por sus usos pasados como cárcel y palomar. Excepto una de sus caras, las demás han sido englobadas por una vivienda, ocultando sus muros históricos.

Dicho torreón es de planta cuadrada y estructura señorial, de muros muy gruesos de tapial. Entre su arruinada fábrica destaca la puerta, con arco semicircular enmarcada con jambas y dovelas de buena sillería, pudiendo ser de los siglos XIV o XV. Es llamado en el pueblo “el Torretón”.

 

 

El maltrecho torreón asoma por encima de los tejados.

Castillo de factura musulmana que ya existía en 1179. Obón no se integró en las inmediatas Comunidades de Huesa del Común y Teruel, ni tampoco en la encomienda santiaguista de Montalbán. En 1247, Jaime I cedió villa y castillo a Pelegrín de Atrosillo, a cambio de la también villa y castillo de Fornells. Entre 1296 y 1334 perteneció a Teresa Sánchez d’Orta, viuda de Rodrigo Jiménez de Luna, comendador de Montalbán. A partir de 1414, Obón se integró en el cuantioso patrimonio de los Bardají, señores de Estercuel.

La puerta de la torre se sitúa en un recóndito rincón.