Lo podemos encontrar sobre una colina de 89 m de altura, 1.200 metros al Sur del pueblo, dominando la urbanización moderna de El Castellot, cuyos chalets ascienden por su ladera. El río Gayá pasa por sus cercanías, así como la autopista A-7, desde la que es perfectamente visible. Se puede llegar hasta él desde diversos senderos tras una pequeña ascensión. También es conocido entre los vecinos como castillo de Santa Margarita o El Castellot.
Su estado actual (diciembre 2024) es lamentable. La espesa vegetación lo oculta en parte. Presenta grietas, desplomes, pérdida del mortero, inclinación de los muros y abundantes actos de vandalismo. Sería conveniente una intervención urgente.

Vista Noreste del castillo

Restos de la torre circular. Es el elemento más antiguo del castillo.

Castillo montano de planta irregular, parecida a un rectángulo, reforzado por varios cubos (quizá tres) cuadrangulares y una torre de mayores dimensiones situada al Oeste, que pudo ser el Homenaje. En el centro quedan los restos muy maltrechos de un cubo circular. Cuenta con un foso en su frente septentrional. Es difícil precisar sus medidas debido a la exuberante vegetación, pero aproximadamente, unos 45 m de largo, orientado al Noreste-Suroeste, con una anchura máxima de 25. Su fábrica es la mampostería bien escuadrada, pero en algunos puntos se conservan buenos sillares. Destaca la gran torre situada en su flanco occidental, de planta rectangular (8’5 x 6’5 m) que todavía conserva dos pisos con bóvedas apuntadas. Parece obra de los siglos XIII o XIV.
El elemento más antiguo del castillo es la destrozada torre de planta circular que se alza en el centro del castillo, exenta. El fragmento de muro que se conserva tiene un diámetro interno de 3,5 metros. A pesar de su antigüedad, tiene la misma fábrica que el resto de los muros. Se le calcula una altura de más de 10 metros. Seguramente su puerta estaba elevada.
A un nivel más bajo, quedan vestigios de muros en tapial, lo que puede ser señal de que estuviera rodeado por un recinto más amplio.



Diversas imágenes de la torre Oeste, posible Homenaje.





Cubo oriental. Todavía cubierto con sillares de buena calidad.
Apenas son perceptibles los restos del castillo en su vertiente Norte.

La primera noticia que conocemos sobre este lugar es del año 1060 y se trata de la donación efectuada por Ramón Berenguer I a Montolíu Bernat Amat de Claramunt. En 1133 los Claramunt dieron el castillo en feudo a Ramón Pedro Mir de Bañeres. En 1134, Ramón Pedro, hijo de Pedro de Mir de Bañeres, se declaró “fidelis homo et solidus” de Deodato de Claramunt, vasallo y auxiliar del conde, respectivamente, en los castillos de Montolíu y Tamarit. El lugar formó parte del dominio de los Montolíu hasta el año 1351, pues años después aparece como señor del castillo, Ramón Folc, vizconde de Cardona. En julio de 1232 fueron cedidos todos los derechos al monasterio de las Santas Cruces por deseo de Guillem de Montolíu. En el siglo XV pertenecía a Juan de Buixadors. El castillo fue volado durante la Guerra de la Independencia, a principios del siglo XIX.

Restos de un muro de tapial que podría formar parte de un recinto más amplio del castillo.
