Castillo de Margarida

Sobre un espectacular peñasco desgajado de la vertiente septentrional de la Sierra de Cantacuc. Dicho peñasco, con forma de torre y una altura de 685 m se encuentra encarado hacia el pequeño poblado de su nombre. Para llegar a él hay que partir del camino que desde Catamarruch asciende hacia la sierra. Este camino pasa muy cerca del castillo. El resto hay que hacerlo andando.

Su estado es muy malo, aunque los restos de la torreta son visibles desde muy lejos.

 

 

 

La peña del castillo vista desde el Oeste.

 

 

 

Ruinas de la torreta.

Se trata de uno de los castillos de más difícil acceso de toda la Comunidad Valenciana y quizás, de España. Tanto es así, que es imposible llegar a él sin utilizar técnicas de escalada. La moleta rocosa donde se asienta está tallada por escarpes verticales en todas sus vertientes, lo que le da un aspecto impresionante. En su cara Sur, aprovechando su menor altura, se encontraba el acceso. Al parecer, existía una escalera de piedra en el primer tramo, de la que quedan sus basamentos, para, desafiando el vacío, continuar con escalones tallados en la roca más arriba. De la fortificación solo quedan restos de planta rectangular (5 x 4’30 m) correspondientes a una posible torre, algunos restos de canalizaciones y un supuesto aljibe. Aunque no fuera muy voluminoso ni sólido, por su espectacular posición, el castillo de Margarida debió tener un aspecto formidable, totalmente inexpugnable, solo conquistable por asedio. Los hombres que lo construyeron, musulmanes, elevaron el arte de la defensa  a sus cotas máximas, sobrepasando con creces a otros enriscados castillos de estas tierras.

 

 

Lugar donde aparecen los restos de la escalera de piedra que llevaba al castillo. El tramo del medio se halla derrumbado haciendo inaccesible su visita

 

 

 

La peña del castillo vista desde el Este.