Castillo de Madrona

Se localiza a unos 15 km. del pueblo, por la carretera de Cortes de Pallás, junto a la moderna presa del Naranjero y sobre el actual vertedero de basuras de Valencia. En el centro del valle del río Júcar, controlando el paso por dicho río. No se encuentra en el Pico Madrona (564 m.), como indican todas las fuentes consultadas, sino en otro pico situado un par de kilómetros al Este, de 498 m. de altura. No cuenta con ningún tipo de acceso en la actualidad, por lo que su visita es muy complicada. Es uno de los castillos más inaccesibles de cuantos hemos visitado. Y gracias que toda la zona se quemó el verano anterior a nuestra visita y quedó libre de vegetación, si no sería totalmente imposible llegar hasta él. Hay que dejar el vehículo en la carretera un poco antes de la entrada al túnel de la presa, y desde aquí seguir a pie. La ladera es demasiado inclinada, más bien una suerte de canchal repleto de piedras y rocas sueltas que, al mínimo paso, ruedan hacia abajo. En varios puntos hay paredes verticales de roca que hay que ir sorteando con gran laboriosidad buscando los pasos, cosa que solo puede realizarse por el extremo Noroeste.

Muy mal estado. Escasos restos de muros y alguna torre, ruinas de un aljibe y mucha cerámica en superficie.

Castillo roquero de planta irregular alargada orientada de Este a Oeste. Se adapta al espacio disponible en la estrecha cresta rocosa donde se sitúa, aunque todo el recinto del castillo aparece aplanado artificialmente, a modo de una meseta. Tiene una longitud de 100 m y una anchura máxima de 20, cubriendo un área de 1.300 m2. Se alza, a su vez, sobre otra plataforma rocosa de 1’10 Ha. con paredes verticales en todo su contorno, excepto en la zona Noroeste, único lugar por el que se puede ascender aunque, eso sí, de forma muy arriesgada. Esta plataforma rocosa no presenta restos, siendo su pendiente muy pronunciada. Incluso es complicado andar por dicha ladera, por lo que no parece lugar propio para la existencia de edificaciones. En cambio, en la zona Noroeste sí se conservan restos de un muro y una construcción cuadrangular. Muy posiblemente el acceso debió estar defendido con elementos que hoy apenas subsisten. Todo el flanco meridional cae en una vertical sobrecogedora hasta el río Júcar, represado por las aguas del embalse. El castillo en sí está formado por dos muros en forma de L que arrancan y terminan al borde de las rocas. En el extremo oriental queda la base de una torre cuadrangular, y en la parte más alta queda, muy arruinada, la torre del Homenaje, de planta rectangular, y a sus pies, las ruinas de un aljibe. Todos los restos conservados son de mampostería. La posición de este pequeño castillo es realmente espeluznante, nido de águilas no apto para personas con vértigo.

Restos de la torre del Homenaje, en el punto más alto del castillo.

 

 

 

Muros del extremo Noreste. Arriba, a la izquierda, la torre del Homenaje.

 

 

Explanada del castillo vista desde el Oeste. Al fondo la torre del Homenaje.

El historiador Martí de Viciana, quien dedicó el tomo III de su Crónica de Valencia, en 1563 a Giner Rabasa de Perellós, Señor del castillo de Madrona y de la baronía de Dos Aguas, señala que «en el castillo de Madrona, cabeza de baronía, hay una iglesia de Ntra. Sra. con rectoría que renta al rector 400 ducados. En la cual se comprenden los términos de las baronías de Cortes, Millas y Autonell. En estos castillos y sus términos tiene su señor toda jurisdicción alta y baja, mero y mixto imperio por bendición que el rey don Pedro otorgó a don Ramón Castellá con privilegio dado en Valencia”.

Muro que defiende el acceso.

Aljibe.

La historia de este castillo está emparejada con la del Castillo de Dos Aguas. Así, de igual modo que aconteció con el anterior, el Rey Jaime I de Aragón, en 1256, lo donó, a Ato de Foces. En 1325, fue adquirido por Francisco Scribe, y posteriormente pasaría por diversos propietarios, hasta que finalmente Giner Rabasa de Perellós, compró Dos Aguas y Madrona con autos hechos en Valencia el 11 de octubre de 1496. Posteriormente ostentarían su propiedad Raimundo Castellano, Antonio Vilaragut y la familia Roig de Corella en 1388. Aunque se tiene constancia de su existencia en época musulmana, no se puede dar una datación a su construcción. En los Registros de Real Cancillería es citado con frecuencia este castillo, y en la mencionada obra queda constancia de que se ordenaron y llevaron a cabo obras de reparación en el año 1292 y en el 1314.

 

 

 

Torre situada en el extremo Oeste.

Madrona se encuentra en el centro del valle del Júcar. A sus pies se aprecian los movimientos de tierras del vertedero de basuras.

 

 

 

Restos de una construcción cuadrangular situada en la zona de acceso.

Impresionante aspecto de la quebrada orografía de la zona. En el centro de la imagen se encuentra el castillo.