Castillo de las Coloradas

Como se aprecia en la foto, más que castillo, es una torre. Concretamente, una torre fuerte artillada.

En el extremo Sur de la isla, en la Punta del Águila, sobre un acantilado costero. Desde él se divisa la isla de Fuerteventura y el islote de Lobos, por lo que controla el estrecho que separa estas dos islas de Lanzarote. Ha quedado incluído en la gigantesca urbanización de Playa Blanca, cuya trazado laberíntico hace algo complicado su encuentro. Se encuentra a unos 11 km. al Sur de la capital municipal. También es conocido como Castillo del Águila y Torre de San Marcial (antiguo).

Muy buen estado. Restaurado, aunque no se visita (octubre de 2007).

Aspecto del puente levadizo y la entrada.

“Reinando el Señor Don Carlos III”

“Mandando en estas islas el Excelentísimo

Señor Don Miguel López Fernández

de Heredia, mariscal de campo, se

reedificó esta Torre de San Marcial.

Puerto de las Coloradas. Punta del Águila. Año de 1769.”

Torre-fuerte de planta circular ligeramente ataludada. Tiene un diámetro de 13 m. y ocupa una superficie de 136 m2. La entrada se encuentra elevada a la altura de la primera planta y se penetraba por medio de un puente levadizo que salvaba las escaleras de piedra. Este conjunto se sitúa en el flanco Norte de la torre, en dirección hacia tierra. Encima de la puerta, se encuentra una placa de piedra colocada en la restauración de 1769, y ligeramente deslineada, una pequeña espadaña con una campana que serviría de aviso a la guardia. En el lado opuesto, hacia el mar, aparecen dos aspilleras. La terraza era capaz de soportar el peso de los cañones y el fuego artillero, y está rodeado en todo su perímetro por un cordón labrado en los sillares. La fábrica es la mampostería de piedra volcánica, utilizándose los sillares en las jambas de la puerta.

 

 

 

La torre, desde el frente del mar.

Fue construído en 1741 por obra y gracia del Comandante General, don Antonio Benito Pignatelli. Pero tan solo ocho años después, el 12 de agosto de 1749, fue asaltado e incendiado por un grupo de 400 piratas argelinos que desembarcaron en las playas de la Bocayna. Al siguiente día, envalentonados los piratas, se dirigieron hacia Femés con ánimo de atacarlo, pero un fraile franciscano al frente de un grupo de isleños, los atacó valerosamente, causándoles 70 bajas y obligándoles a huir. Durante el mandato de Carlos III, en 1769, fue reformado, quedando con el aspecto que tiene hoy día. Al terminar la reforma se colocó la piedra con la inscripción que en esta misma página reproducimos.

 

 

 

Entre la urbanización de Playa Blanca, se alza la torre, fotografiada desde la Punta del Papagayo.