Sobre el monte Turó de Can Massana, a 858 m. de altura, el cual le permite tener una amplia visión sobre media provincia de Barcelona, cercano a la carretera de Manresa y a unos 3 km al Norte del pueblo. Para llegar hasta él hay que comenzar el sendero en el aparcamiento de Can Massana, dejar el coche aquí y seguir los carteles indicativos. Antiguamente era llamado Castillo de Bonifacio y Castillo de Monserrat.
Prácticamente desaparecido. Tan solo queda parte de un muro.

Turó de Can Massana, desde el Sur, con las ruinas de la iglesia de San Pedro de la Guardia.

Único muro conservado, con los mampuestos en disposición de “opus spicatum” (espina de pez).
Castillo roquero de planta y tipología desconocidas, debido a la escasez de restos. Tan solo un pequeño muro con las piedras en espina de pez, (opus spicatum), y abundantes fragmentos de cerámica en superficie, delatan su presencia.

La primera vez que lo encontramos mencionado es en el año 931 en un documento sobre las ventas de bienes realizadas por los señores Guadamir, Lunes y Calabuig al conde Súñer I. en el año 937, Guadamir y Calabuig permutaron con el conde Súñer este castillo por el castillo de Castellví de la Marca. En 974 ya es pertenencia de los vizcondes de Barcelona. En 1063, los vizcondes Udalart II y Guilla infeudaron el lugar a Garí. En 1117 el monasterio de San Cugat del Vallés, tuvo ciertos derechos sobre él. El vizconde Reverter y su hijo Berenguer, infeudaron en 1136 el castillo a su sobrino Guillermo I de Guardia. En 1157, Berenguer de la Guardia, lo vendió al conde de Barcelona con toda la montaña de Monserrat por 300 morabatinos, un caballo y un mulo. El conde encomendó el castillo a Berenguer Reverter I, quién testó en favor de su hijo Berenguer, dejándole los castillos de la Guardia, Pierola, Almadraba de la Marca y Piera. Guillermo II de Guardia, con motivo de su participación en la guerra junto al rey de Aragón, hizo testamento en favor de Guillermo Monserrat, pero más adelante cambió el beneficiario en favor de su sobrino Guillermo de Castellnou, En 1370 lo adquirió el prior de Monserrat, Jaime de Vivers, por 36.000 sueldos, junto con los términos de La Guardia y de Bruch, tras su venta por Pedro el Ceremonioso. A partir de la segunda mitad del siglo XIV los priores de Monserrat adquirieron los castillos que rodeaban la montaña de Monserrat y sus correspondientes jurisdicciones. Perteneció a la abadía de Monserrat hasta el siglo XIX, cuando se eliminaron los señoríos.

En el centro de la imagen, el cerro del castillo. Debajo, se observa Can Massana y el aparcamiento. Al fondo, la imponente mole de Monserrat.