Castillo de Jalance

Imagen tomada desde el Este, entre las calles del pueblo.

Sobre un monte de forma cónica, de 537 m. de altura, al Oeste y a escasa distancia del pueblo. Su acceso con vehículo no reviste dificultad alguna desde la calle de su nombre, al Sur del casco urbano. Desde su recinto se controla todo el valle de Cofrentes y además, mantiene contacto óptico con el castillo de Cofrentes por el Norte, y con el de Jarafuel, por el Sur.

Mal estado. Ha sido reparado en varias ocasiones, como se aprecia por sus muros de diferente coloración,  pero adolece de total abandono. Su degradación es evidente y precisa, con urgencia, nuevas intervenciones para evitar desplomes.

Entrada al castillo, vista desde el exterior y desde el interior. Se sitúa al Norte y se llega a ella tras una rampa en recodo. Han sido expoliados los sillares de las jambas y las dovelas.

Castillo montano de planta poligonal irregular con dos recintos concéntricos. El primer recinto, de mayor tamaño y situado a un nivel inferior, cuenta con nueve lados y nueve cubos en sus uniones, todos de estructura cilíndrica. Presenta unas medidas de 60 m. de Norte a Sur, y de 50 m. de Este a Oeste y cubre una superficie aproximada de 2.000 m2. La puerta está situada al Norte. Es de entrada directa, pero para llegar a ella hay que ascender una rampa en recodo. Está protegida por un cubo macizo de mayor diámetro que los demás. A excepción de los dos primeros sillares a ras de suelo, todos los demás de sus jambas han sido expoliados, así como las dovelas de su arco, que era de medio punto, por lo que presenta un aspecto ruinoso con importantes grietas que presagian su derrumbamiento si no se pone remedio pronto. Actualmente, en su interior, todavía conserva bastantes restos de habitaciones con paredes de mampostería y tapial que fueron levantadas hacia el siglo XI y luego reparadas en el XIX, con motivo de las guerras carlistas. También se ubica aquí un aljibe de planta rectangular y un silo o depósito de grano, de planta circular y grandes dimensiones. La muralla o cerca exterior, presentaba importantes derrumbes, pero fue reconstruída en una de las etapas de consolidación y conservación que se están llevando a cabo en las últimas décadas. Las zonas antiguas de las modernas se distinguen claramente por la diferente coloración y distinta fábrica, así como por carecer de aspilleras las partes modernas.

Cubo del extremo Noroeste, visto desde el interior y desde el exterior.

Cubo Oeste.

 

 

Uno de los paños meridionales. Se aprecia, con diferente color, la zona reconstruída

 

 

Otro paño meridional. A pesar de no tener reconstrucciones modernas, tiene una variada fábrica, producto de añadidos y reparos de siglos.

 

 

 

Vista meridional del castillo.

El segundo recinto, más elevado, es del tipo alcazarejo, de planta irregular y con la misma variedad de fábricas que el resto. Ocupa una superficie aproximada de 400 m2. Cuenta con tres cubos de refuerzo en sus paramentos y una torre, de grandes dimensiones, que podría tener las funciones del Homenaje, aunque presenta una estructura muy extraña. Se accede a él por medio de una empinada escalinata, muy arruinada en la actualidad, situada al Noreste. Da acceso a una especie de pasillo alargado delimitado por muros de carga, a cuyos lados quedan importantes restos de edificaciones (tres habitáculos al Noroeste y seis, al Sureste). Aparecen en ambas zonas accesos al piso superior, por medio de escaleras, así como huellas de hogares, hornos y depósitos. También se ven las bocas de dos subterráneos, uno, el más cercano a la entrada, es un aljibe. Y bastantes baldosas del pavimento original

Entrada al alcazarejo.

Restos del pavimento original.

En esta imagen se muestra cómo han sido rebajadas las rocas en las que se asienta la cerca para prolongar su altura y evitar la escalada.

El recinto superior o alcazarejo visto desde tres puntos diferentes. Ha sido reconstruido en algunas de sus partes.

 

 

Interior del alcazarejo. Se ve el pasillo central y las habitaciones a los lados. Tapado con una reja, aparece un subterráneo.

Base de una escalera que conducía al piso superior.

Interior del muro Sur del alcazarejo, con una parte original y otra reconstruída.

Flanco septentrional del alcazarejo

Esta extraña construcción, de grandes dimensiones, podría considerarse como la torre del Homenaje.

 

 

 

Aljibe.

Diversas imágenes de los restos existentes en el interior del recinto.

Ya existió aquí una fortificación ibérica. El castillo primitivo fue levantado por los musulmanes. Jalance fue conquistado por Jaime I, quien la entregó al rey de Castilla por el tratado de Almizra, quedando como señorío del Infante Juan Manuel. En 1281 se convino entre Pedro I el Grande y Alfonso X de Castilla que estas tierras pasaran a formar parte del Reino de Valencia. Llegó a ser calificado en el siglo XV por el Marqués de Santillana (el mejor escritor castellano de su época) como “inexpugnable fortaleza”. Dependió hasta 1535 de Jarafuel, y de Cofrentes hasta 1564. Detentaron su señorío Bernat de Sarriá, la reina Leonor y su hijo el infante Fernando. En 1389 lo compró el duque de Gandía. Fue escenario bélico durante las guerras carlistas de 1836, y el pueblo y su castillo fueron defendidos contra los ataques del cabecilla Quílez. Sus muros fueron restaurados en el siglo XIX para dar cobijo a las gentes durante las guerras civiles entre carlistas y liberales. A partir de aquí, la falta de necesidad llevó a su degradación y ruina. Hoy se trabaja poco a poco en su consolidación y conservación. 

El castillo visto desde el Sur. Al fondo se observa la Central Nuclear.