
Sobre la peña estuvieron el castillo y la puebla. Y ahora lo hacen la ermita y el cementerio.
Estuvo situado este castillo sobre la Peña de la Magdalena, a la extraordinaria altura de 1.624 m. nido de águilas. Se trata de una impresionante roca con paredes verticales situada al Oeste del caserío, dominándolo. Existe un buen acceso para llegar hasta la ermita homónima y el cementerio, situados en lo alto del peñasco.
Desaparecido por completo, aunque se aprecian vestigios en su recinto.
La Peña de la Magdalena vista desde el Sur.


En estas imágenes se aprecia la pasarela que salva el foso.

Castillo roquero del que ignoramos su planta, aunque está claro que debió ocupar toda la superficie existente en lo alto de la peña. Dicha peña tiene forma alargada, orientada al Este-Oeste. Está cortada por un pronunciado foso tallado de forma artificial, de unos 8 m de anchura y 4 de profundidad, que separaba el castillo de la puebla. Al Oeste, la puebla, y al Este el castillo. Con el paso del tiempo, sus habitantes abandonaron tan agreste lugar y se trasladaron al actual emplazamiento del pueblo. El espacio ocupado por el castillo es de reducidas dimensiones. Aproximadamente 36 x 16 m, ocupando una superficie alrededor de 400 m2.
Castillo musulmán de los siglos XI o XII según los restos arqueológicos hallados en su recinto. Es de suponer que sirvió de cantera para las casas del pueblo. En el año 2018 se colocó una pasarela de madera que cruza el foso y permite acceder de forma sencilla al lugar del castillo, cosa que antes se realizaba con bastante dificultad.

La Peña de la Magdalena vista desde el fondo del valle.
En el momento de nuestra visita nos sorprendió una copiosa nevada.


Y tampoco falta una leyenda en este lugar, pues en el extremo occidental de la peña aparecen grabadas dos herraduras con sus clavos atribuídas, como no podía ser de otra manera, al caballo de Santiago.