
Cerro del castillo de Barrachina, visto desde el caserío homónimo.
A unos 9 km al Noreste de Moya en línea recta, pero los kilómetros se triplican si lo hacemos por carretera. Se encuentra muy cerca del límite municipal y provincial, es decir del río Turia, que divide las provincias de Cuenca y Valencia. Está muy cercano a la carretera CM-2251 que va desde Santa Cruz de Moya hacia Casa Bajas. Esta carretera discurre paralela al río y fue históricamente una importantísima vía de comunicación entre Aragón, Valencia y Castilla, a través del Rincón de Ademuz. Aunque ahora ha quedado olvidada en detrimento de nueva carreteras que hacen más fácil los desplazamientos. A la altura del Pk 14 encontraremos un barranco a la izquierda que es cruzado por un puente en cuyas inmediaciones hay una pequeña explanada, que sirve para dejar el vehículo, desde la que comienza un sendero claramente visible que lleva hasta el abandonado caserío de Barrachina. Unos cientos de metros antes de llegar ya veremos a la derecha un cerro cónico de 851 m de altura, con bancales abandonados de almendros que llegan hasta su cúspide. Este es nuestro lugar. Seguir campo a través pues no existen senderos.
Prácticamente desaparecido. Restos escasos de muros muy degradados.

Restos de la torre septentrional.
Castillo montano con planta irregular alargada orientada al Norte-Sur. Tiene una longitud aproximada de 70 m. con una anchura máxima de 20, cubriendo un área de 1.100 m2. Tuvo una torre en cada extremo, circular al Norte, y rectangular al Sur. Además se aprecian vestigios de dos cubos cuadrangulares en su flanco occidental. En el ángulo septentrional observamos los restos de una torre circular o redondeada, con obra de mampostería, aparejada sin orden en los tamaños ni en las hiladas, y trabada con argamasa de cal y canto de grano grueso. Finalmente, el extremo Sur de la construcción parece estar compuesto por una estratégica torre rectangular que ocuparía todo el ancho de la misma por este lado. Existen numerosos hoyos y agujeros producidos por los buscadores de tesoros.
Fue ocupado este lugar por los íberos, como atestigua la cerámica hallada. Pero las estructuras arquitectónicas son musulmanas, desde el siglo IX hasta el XIII, cuando fue abandonado tras la conquista cristiana en 1210.

Restos de la torre Sur.


Interior aplanado del castillo.
Restos de uno de los dos cubos del flanco occidental.


Desde el castillo se tiene un magnífico dominio del valle del Turia.