Castillo de Ayódar

Sobre un cerro de 542 m. de altura, enfrente del pueblo al otro lado del río Chico. Es perfectamente visible desde el caserío y su acceso es muy sencillo, pues con vehículo es posible llegar a un escaso centenar de metros de sus ruinas.

Muy mal estado. Lo único conservado es la torre pues del recinto apenas es distinguible su perímetro, muy arrasado y oculto por la vegetación.

 

 

 

La torre vista desde el Sur. Se aprecian los restos del muro perimetral.

Pequeño castillo montano de planta irregular, en cuyo punto más vulnerable, el Oeste, posee una potente torre que debió hacer las funciones de Homenaje. En el resto de los lados el monte presenta tajos verticales que hacían innecesarias las fuertes defensas. Mide unos 65 m. de longitud por 30 de anchura, ocupando una superficie de 1.375 m2 aproximadamente. La Torre del Homenaje es de planta cuadrada, con 8 m. de lado y presenta una tipología constructiva un tanto peculiar. La base es de mampostería de gran tamaño, colocadas las piedras en hiladas regulares, a veces con alguna hilera de losas intercaladas para nivelar. Están trabadas con mortero de cal de color blanco. En este primer tramo el espesor de los muros es de 1’80 m. Luego aparecen unas capas de tapial de mampostería y, más arriba, otro tapial de tierra y gravilla, más uniforme. Conserva restos de las almenas y algunas ménsulas que debieron mantener algún matacán. Incluso parece que su remate almenado haya sido recrecido. En el muro Norte existe una gran oquedad, a cierta altura, que podría ser la puerta de acceso, pues conserva las cuatro perforaciones para los goznes de las puertas que debieron ser de doble hoja. Las dos inferiores se abren en una gran piedra caliza que hace de umbral, y las dos superiores en dos piedras rojizas de rodeno. Para acceder debió existir una escalera de madera o de cuerda retirable en caso de peligro. En su interior se aprecian restos de tres plantas pero debió contar con alguna más. En cada planta va decreciendo el espesor de los muros con respecto al inferior, todos ellos enlucidos con mortero de cal. Presenta vestigios de una escalera en la esquina Sureste. Todas sus caras cuentan con vanos y saeteras de diverso tipo y estructura.

Vano de entrada.

El castillo es de creación musulmana. Perteneció a Ceyt Abu Ceyt, último gobernador almohade de Valencia, pero cuando se convirtió al cristianismo, toda la comarca se sublevó en 1235. Al año siguiente, sin recibir ayuda de Jaime I, como éste le había prometido, consiguió sofocar la rebelión con sus propias tropas. Luego, lo cedió a su hijo Fernando que lo poseyó hasta su muerte en 1262. Y luego lo heredó su hija, Aida Fernández, casada con Blas Ximénez de Arenós, quedando definitivamente en poder de la familia Arenós. En el siglo XV era propiedad de duque de Villahermosa, el cual levantó un palacio en esta población, cuyos restos todavía se conservan. Fue cabeza de una baronía que comprendía los actuales municipios de Ayódar, Villamalur, Fuentes de Ayódar, Torralba del Pinar e Higueras.

 

 

 

Vista del cerro del castillo desde el pueblo.