El castillo de Alfajarín se encuentra sobre una de las cumbres de los Montes Blancos, a 260 m de altura, junto a la ermita de la Virgen de la Peña, al Norte del pueblo, separado de éste por la autovía A-2. No obstante hay un camino por el que podemos llegar con vehículo hasta él. También es llamado Castillo de los Cornel.
Mal estado. Desde el año 2004 se están llevando a cabo obras en el castillo de forma ininterrumpida. Se comenzó por asegurar los elementos en peligro de derrumbe y se ha continuado con la reconstrucción de algunas partes, excavaciones arqueológicas y adecuación del entorno y del castillo para las visitas. En el momento de nuestra visita (julio 2024) estaba en plena restauración el muro septentrional.

Frente occidental.

Aspecto del frente oriental, lugar donde se encuentra la entrada principal, con el foso excavado en la roca. Ahora existe una pasarela metálica pero en el pasado tuvo un puente levadizo.

Castillo roquero de planta irregular en el que se aprecia tan solo un recinto con una enorme torre del Homenaje. Consta de un muro poligonal con cubos cuadrangulares de trecho en trecho, excepto el desaparecido cubo Norte que tuvo una curiosa planta pentagonal. Cuenta con una superficie aproximada de 3.300 m2.
Su recinto se encuentra sobre un espolón rocoso que ha sufrido fuertes fenómenos erosivos durante siglos. Tanto es así, que todo el flanco meridional ha desaparecido ante el retroceso de la ladera. La entrada principal se encuentra en el lado Este, defendida por un foso tallado en la roca que se salvaba con un puente levadizo. Tiene arco de medio punto revestido de ladrillo. El ingreso es en recodo. La puerta está defendida por un elevado torreón de planta cuadrada (7 m de lado) que fue restaurado en el pasado. Cuenta con dos plantas cubiertas con bóvedas apuntadas. Su puerta y una ventana, encaradas hacia el interior del castillo, también son apuntadas.
El muro Norte es el mejor conservado y el que mejor conserva su traza musulmana. Presenta una profunda concavidad, un pequeño portillo, un cubo rectangular y al Noreste, otro torreón de planta pentagonal, algo muy poco frecuente. En el interior del castillo destaca un aljibe y una larga cámara subterránea de gran longitud que conserva parte de su bóveda apuntada reforzada por arcos fajones de ladrillo.


Portillo.

Otra imagen del portillo, con parte de la torre del Homenaje.

Cubo Norte, ya restaurado.

Extremo Noreste, donde estuvo la torre pentagonal, ahora derrumbada.

Deteriorado muro oriental.

Frente oriental, con la puerta y el gran torreón restaurado en el año 2011.

Torreón oriental.




Puerta principal, del tipo en recodo simple.

Gran sala subterránea y estrecho pasillo de acceso a la misma.

La enorme torre del Homenaje se alza sobre una roca en el extremo occidental de la fortaleza. Es de planta rectangular (14 x 10 m). Solo conserva dos paredes (Sur y Este) y el arranque de una tercera. Es de tapial y se accede por una ventana que mira hacia el patio interior del castillo. En el muro Este se abren algunas aspilleras y en el interior quedan vestigios de la chimenea. Ante el grave peligro de derrumbe se tapiaron todos los vanos y se apeó con ladrillo la parte inferior del muro Este. Esta torre debió ser construída por los Cornel.


Se atribuye su construcción al rey moro Aben-aljafe en la temprana fecha del año 864, aunque posiblemente sea algo legendario. La primera mención documental que conocemos de este castillo data de 1131, en la que aparece como tenente Fortún Galíndez, designado por Alfonso I. Tras la batalla de Fraga y la muerte de Alfonso I Batallador, en 1134, volvió a poder de los almorávides, siendo reconquistado definitivamente en 1141, durante el gobierno de Ramón Berenguer IV. Desde entonces el castillo estuvo en el régimen de tenencias hasta 1196. Desde finales del siglo XIII hasta finales del XIV, el castillo fue el soporte de una baronía hereditaria vinculada a la influyente familia de los Cornel. Estos Cornel fueron los encargados de reformar el castillo convirtiéndolo en una residencia para los señores.
Se convirtió Alfajarín en un señorío dependiente de la familia de los Cornel, pasando en 1334 a Jimeno Cornel, en 1348 a Tomás Cornel, en 1352 a Luis Cornel y posteriormente el hijo de este quien protagonizo una curiosa historia con Brianda de Luna. Este señor, Luís, provocó en el castillo situaciones trágicas por sus relaciones sentimentales con Brianda de Luna, quién había abandonado a su marido Lope Ximénez de Urrea. Éste incendió las tierras de Cornel y logró el apoyo del rey, que mandó ocupar los lugares de la baronía (Nuez, Villafranca, Osera, Letux, Cabañas y Azuer). Asediando a la pareja en el castillo de Alfajarín en 1383. La situación sentimental se arregló con la anulación del matrimonio y en adelante, pudieron vivir en paz Luís Cornel y Brianda de Luna.

Extinguidos los Cornel, la baronía de Alfajarín fue comprada sucesivamente por Juan Mur (1437), Juan Coloma (desposeido en 1479), Miguel Gilbert y Ramón de Espés, señor de Albalate de Cinca y muy favorecido por Fernando el Católico. Tras estos hechos el castillo debió quedar abandonado y en proceso de ruina.
La primera fase de las obras de restauración, ejecutadas en 2004, correspondió a actuaciones de urgencia para apeo o atado de fábricas en peligro de desplome, especialmente graves en la puerta y torreón anexo, el torreón Norte y la torre del Homenaje. En 2006, se intervino en la reurbanización y adecuación del entorno del castillo. En 2011, se centraron en el único torreón que se conservaba íntegro hasta la azotea, el torreón Este, en la recuperación del arco ojival en el acceso principal, pequeñas intervenciones en los lienzos de muralla próximos a éste, junto con catas arqueológicas en distintos emplazamientos arqueológicos que han permitido conocer parte del portal en recodo y de la muralla Sur. En 2017, consistió en dotar a una parte del recinto de medidas de seguridad, especialmente barandillas alrededor de las bóvedas desprendidas. En el año 2019, se recuperó la entrada en recodo y su muro adyacente, reconstruyéndose el arco del interior de la misma, además de realizarse la correspondiente excavación arqueológica. En 2021, se restauraron y consolidaron los restos de la sala y se reparó el arco de la entrada principal. En 2023 se restauró el cubo Norte. En el año 2024 las obras continuaban.
