
Monte del castillo.
En el monte del cementerio viejo, de 622 m. de altura, excelente mirador sobre el llamado Pla de Aguilar. Existen carteles indicadores desde la carretera de Fonollosa. Está a una distancia de unos mil metros desde el pueblo en línea recta.
Casi desaparecido. Es difícil discernir cuales son los muros del castillo y cuáles de la iglesia de San Andrés o de los bancales agrícolas, por no hablar de la espesa vegetación que oculta los escasos restos.

Castillo roquero de planta irregular, prácticamente desaparecido, pero que puede seguirse su perímetro por los escarpes rocosos situados en la cima del monte. Se situaba entre el depósito de agua, al Sur, y el cementerio viejo, al Norte. Aparecen las ruinas de la iglesia vieja, destruida durante la Guerra Civil (1936-39), confundidas por la mayoría de personas, incluso por los vecinos, con las ruinas del castillo.
La primera mención data de 972, cuando debió ser construido por repobladores que lo cedieron al obispado de Vich. La familia Rocafort fue su primera feudataria, linaje al que perteneció Randulfo, arcediano de Vic, que en 1022 legó el castillo a sus descendientes. Los obispos vicenses infeudarán la fortaleza a Hugo Dalmau de Cervera en 1066, en manos de cuya familia continuó durante el siglo XII. Los Cervera la cederán a unos alcaides que tomaron el sobrenombre de Aguilar y ejercieron su poder hasta bien entrado el siglo XIII. Terminó en manos del administrador general de la canónica de Santa María de Manresa hasta poco antes de 1359. En 1381 el pavorde manresano compró por 500 florines la jurisdicción del castillo al rey Pedro el Ceremonioso. Durante el siglo XVII la canónica manresana continuó ostentando la titularidad del castillo de Aguilar hasta la tardía abolición de los señoríos jurisdiccionales en el siglo XIX.

Algunas imágenes de muros que podrían pertenecer al castillo.

