Castillo de Castellar

Sobre un alto monte dominando el caserío de su nombre, en torno a los 550 metros de altura. Su acceso está señalizado para vehículos, desde la carretera vieja N-141, al salir de El Castellar. Se encuentra a unos cinco km. al Este de Aguilar.

En el momento de nuestra visita (septiembre de 2010) su estado era bastante malo.  Se habían comenzado unas obras que tenían el aspecto de llevar mucho tiempo paralizadas. Todo el edificio se encontraba apuntalado, habían abundantes materiales de obra abandonados y quedaba olvidada una grúa torre muy oxidada en grave peligro de colapso. Con posterioridad, las obras fueron terminadas y el castillo se abrió al público en el año 2014, estando sus visitas reguladas.

Flanco Oeste en 2010. Los restos de las obras aparecen dispersos por su entorno, como la valla o la grúa-torre

Flanco Oeste en la actualidad (año 2023). Exteriormente, poco ha cambiado.

 

 

 

Flanco Este. Semioculta por la vegetación aparece la puerta. También se ven los muros avanzados.

Castillo montano de planta poligonal irregular y de aspecto macizo, levantado sobre una base rocosa. Sus gruesos muros de un metro de espesor son de mampostería, con abundantes vanos cercados de sillería y algunas aspilleras en la planta baja. También son de sillería las uniones o esquinas entre dos muros exteriores. Todavía conserva los muros que separaban sus dependencias y forjados, escaleras y arcos de distintos tipos. No obstante, había perdido todas sus cubiertas en 2010. Según se dice ha sido muy transformado, pues en el siglo XVII fue reconstruido como masía agrícola. Los masoveros lo habitaron hasta la década de los cuarenta del siglo XX. Todavía se pueden ver las tinas para la fabricación de vino. Su uso como masía provocó la desaparición de su torre, de la que queda tan solo parte de su base muy camuflada entre los demás muros. En el edificio hay tres plantas. La planta baja, además de los muros de la torre, conserva dos salas nobles, una con arco de medio punto y la otra con arcadas góticas, así como también el  patio de armas donde está la escalera para subir al primer piso. La primera planta la debieron modificar los Amat en el siglo XVIII, con un dintel de 1774. El ventanal que da a levante y el mirador que queda debajo servían de escenario para la toma de posesión de los señores del castillo. La entrada se sitúa al Este, con arco de medio punto, y frente a ella quedan unos muros algo arruinados que podían corresponder a una defensa avanzada. Este flanco es el más deteriorado pues se ha derrumbado una parte y la vegetación ha tapizado gran parte del muro. Contaba con una red de seis torres vigía encaradas hacia las tierras ocupadas por los moros. De poniente a levante: Torre de Guardia Pilosa, Santa María de les Coromines, Seguer, Puigfarner, Solanelles y Vilallonga. Ninguna de ellas se ha conservado, pero dieron lugar a masías y pequeños asentamientos rurales todavía existentes, algunas de ellas, en municipios vecinos actuales.

Dos de las salas donde los puntales sujetaban los forjados en 2010.

 

 

 

Interior del castillo.

 

 

 

Puerta de entrada, desde el interior del castillo. Si no fuera por los puntales, se habría derrumbado.

 

 

 

Puerta actual.

 

 

 

Flanco Norte.

Vista del castillo desde el Este, con la iglesia de San Miguel. La grúa corona el edificio.

 

 

 

Frente meridional.

Documentado desde el año 983. En el siglo XI Castellar ya había realizado su reconquista y el territorio ya estaba feudalizado. Lo sabemos gracias al testamento de Seguí, señor de Castellar, fechado en 1022, quien cede sus posesiones a su hijo Company. Al morir Seguí, el castillo de Castellar tenía, además de su término, el dominio de seis torres que dieron lugar a seis núcleos medievales fortificados que han llegado hasta hoy: Las Corominas, Seguer, Puigfarner, Villalonga, Solanelles y la Guardia Pilosa. A partir de 1280 pasó a la familia Grevalosa y, posteriormente, a los Amat, barones de Maldá. El archiduque Carlos concedió, en 1707, el condado de Castellar a Francisco de Amat-Grevalosa y de Planella. En el siglo XVII sufrió las primeras intervenciones importantes cuando se transformó el castillo en una masía. Durante el siglo siguiente se transformó todo su interior reformando muros y cambiando forjados, así como construyendo una almazara que estuvo funcionado hasta la década de los cuarenta del siglo pasado.

Durante el mes de julio de 2007 se inició una intervención arqueológica preventiva en el castillo.  Esta intervención en el castillo constaba de dos partes; la excavación arqueológica y el estudio de paramentos. El estudio de paramentos se realizó en todos los muros conservados del castillo, aunque en algunos casos no pudo ser completado por la dificultad de acceso sobre todo al piso superior y por la presencia de espesa vegetación. Estas obras quedaron a medias y son las que nosotros nos encontramos en nuestra visita. Y como ya hemos indicado al principio, finalmente, pudieron terminarse en el año 2014

 

 

 

Sala con dos estupendos arcos apuntados.

 

 

 

Muro apuntalado.