Casa-Torre de Emparan

En la ribera derecha del río Urola, enfrente de la ciudad y defendiendo uno de los vados que existían en aquel momento.

Su estado es magnífico. Pero a lo largo de los siglos ha sufrido numerosas reformas y alteraciones. Alberga la biblioteca municipal.

La casa es de planta cuadrada (16 m de lado), con fábrica de mampostería y sillares en las esquinas y contorno de puertas y ventanas. En general se la considera de estilo gótico aunque los balcones de la fachada son barrocos. Los cuatro pináculos han sido añadidos en época moderna, pues en imágenes antiguas no aparecen. En los lados Noroeste y Sureste, en 1750, se adosaron dos edificios de menor tamaño. La torre propiamente dicha tiene cuatro alturas y cuatro aspilleras largas y estrechas en la planta baja. Tres en la parte trasera y una protegiendo la puerta. Posiblemente la construcción de los edificios laterales, de tan solo dos plantas, eliminó algunas más.

 

 

 

Parte trasera de la casa, en la que aparecen tres aspilleras y detalle de un par de ellas.

 

 

 

Aspillera que defiende la puerta principal de la torre.

Fue construida en 1320 por una de las familias más importantes de la localidad.  En el año 1456, por órdenes del rey Enrique IV de Castilla, la casa fue desmochada. Sin embargo, tras más de un siglo en pie, debido a su gran valor estratégico, fue reparada en 1535, modificándose su planta casi por completo. En 1750 se añadieron a la torre los dos cuerpos laterales. ​Tras esa última reforma la casa llegó a estar en tan mal estado que estuvo a punto de ser derribada.  No por ello la casa dejó de estar habitada, pues la familia propietaria la habitó hasta el año 1960. Sin embargo, a mediados de los años 1970 la Caja de Ahorros Municipal procedió a su recuperación y reconstrucción, dirigiendo las obras el arquitecto Manuel Urcola Ansola. En 1977 fue convertida en biblioteca.

Fue la residencia de Carlos VII (Carlos María de Borbón y Austria-Este), incluyendo su esposa y séquito, cuando éste era pretendiente al trono durante las guerras carlistas.

 

 

 

La casa está al lado del río, defendiendo un antiguo vado. En este lugar ahora hay un puente.

 

 

 

Desde el lado opuesto se ve el acceso a la población a través del puente.

El linaje de los Emparan es uno de los más ilustres y antiguos de Guipúzcoa, reputado por ser parientes mayores en época anterior a las veinticuatro casas calificadas por el emperador Carlos I. Tuvo este noble linaje su casa solar, de pariente mayor y gran autoridad, con esta torre fuerte, en la parroquia de San Sebastián de Soreasu de la villa de Azpeitia, y sus caballeros disfrutaron del privilegio de que los monarcas les comunicaran el nacimiento o la muerte de todos sus parientes. Durante las guerras de bandos en Guipúzcoa perteneció al bando de los Oñaz y fue una de las veinticuatro familias que tenían voto en las Cortes. El apellido Emparan, originario de Azpeitia, pasó a Fuenterrabía, Irún y Lasarte, todos en Guipúzcoa.