Torre de Vizcable

En la zona de La Dehesa, bonito valle entre altas sierras en el que proliferan los caseríos dispersos a lo largo de algunos kilómetros. Es lugar muy alejado de su capital municipal, a unos 27 km. justo en el límite con Yeste. La torre se alza en la cima de una cresta rocosa que domina el caserío homónimo, prácticamente deshabitado pero que en el pasado tuvo iglesia y escuela, a una altura de 870 m. Para llegar a ella hay que hacerlo a través de las rocas pues no hay caminos ni senderos.

Mal estado. Se encuentra en total abandono, deteriorándose a marchas forzadas. Del recinto que la protegía apenas queda un flanco y con pérdida de gran altura.

La torre contó con un pequeño recinto del que quedan algunas muestras. El lienzo parte desde la esquina Norte de la torre en dirección descendente.

 

 

Esquina Oeste del recinto. El lienzo, que ya contaba con escasa altura, da un giro de 90 grados prolongándose unas decenas de metros pero ya a nivel de cimientos tan solo para terminar desapareciendo.

Torre de planta rectangular de 5’50 x 7 m de lado en su exterior, con un espesor de muros en su planta baja de 1 m, el cual se encuentra relleno de escombros y con múltiples hoyos de “buscadores de tesoros”. Contó con un recinto adjunto defensivo en cuya esquina meridional se alza la torre. La ladera oriental de la cresta presenta gran verticalidad, situándose la torre al borde del cortado y orientadas sus esquinas a los cuatro puntos cardinales. Del recinto se conserva tan solo el lienzo Suroeste, escalonado y con poca altura y un sector del muro Noroeste, ya a nivel de cimientos. Toda la obra, tanto de la torre como del recinto, se realizó mediante un tapial de graba, arena y cal, con rellenos de piedras irregulares, presente sobre todo en la base de las cajas, en  las aspilleras, en las esquinas y especialmente en el almenado. La coloración actual de la torre por la oxidación de la arena y la cal del mortero es rojiza, y se aprecian claramente en todo el edificio las huellas de las agujas y tableros del encofrado de madera.

 

 

Imagen tomada desde el caserío, al Noroeste.

 

 

 

Flanco Noroeste, desde cuya esquina parte el lienzo del recinto.

La puerta de acceso se ubica en la pared Noreste, posee una forma rectangular de 1’20 m de ancho por 1’50 m de alto, incluido el hueco de las vigas de madera que soportan el marco de la puerta. Dichas vigas, hoy perdidas, han dejado una huella en los encofrados de las cajas de forma semicircular. La altura de la planta baja es de 2’60 m. La planta superior, posee un vano más o menos regular en el mismo lado, algo centrado y que en origen pudo ser de menor tamaño, siendo ampliado con posterioridad. La altura de la planta es de 2 m. En ella se aprecian una saetera en la cara Noroeste, en su parte central, de forma rectangular al exterior y abocinada al interior, y dos de similares características en la cara Suroeste. Se aprecian los restos de las almenas, muy desmoronadas. Posee almenas dobles en las cuatro esquinas y dos más en los lados cortos y tres en los largos. 

El edificio debió de estar adscrito al conjunto de fortificaciones de la alquerías circundantes del Castillo de Yeste, posiblemente desde época islámica, siendo abandonado dentro de los proceso de despoblación que afectaron la zona desde el momento de la conquista hasta finales del siglo XV. En el siglo XVI, momento de redacción de las Relaciones Topográficas, de Felipe II,  ya se señala como abandonada.

Imagen tomada desde la carretera, al Sur.