En lo más alto de la colina donde se asienta el pueblo, rodeada por el cauce del río Taibilla y por el Barranco del Camino. Se puede acceder hasta este barrio por las callejuelas de la parte posterior de la iglesia y, finalmente, por la calle del Castillo.
Desaparecida. En la actualidad no hemos podido constatar la existencia de restos aunque es muy posible que entre las edificaciones de la parte alta queden restos de la torre, reutilizados por las viviendas modernas.
Poco o nada se sabe sobre ella, pero debió ser similar a otras torres de estas tierras. La agreste geografía y los profundos barrancos que conforman un relieve duro, frío y complicado, hizo que proliferaran este tipo de torres para defensa de los numerosos pobladores dispersos en alquerías y caseríos.
La torre debió de ser de origen musulmán, quedando en ruinas al trasladar la población a Taibilla, donde la Orden de Santiago volcó sus esfuerzos fortificadores. Las primeras referencias documentales sobre la población de Nerpio datan del año 1243, momento en que el príncipe don Alfonso confirmó a la villa de Segura de la Sierra sus extensos términos, entre los que se encuentran las aldeas de “Nerpe” y “Tayviella”. Poco se sabe sobre la situación de los musulmanes de Nerpio en estos primeros años de dominio castellano, salvo que constituían una comunidad fundamentalmente agrícola que trabajaba tierras, cuya propiedad quedó reservada para la Orden de Santiago, a cambio del pago de un tributo, llamado almagrán, al maestre santiaguista. La torre debió quedar embutida en el nuevo caserío de la población, a partir de las repoblaciones del siglo XV, favorecida por el progresivo abandono de Taibilla. Es nombrada en las Relaciones Topográficas de Felipe II, del siglo XVI.