La encontramos en la Punta de su nombre, dominando la parte septentrional de la isla. Su acceso es simple, pues se ha construído una urbanización en sus aledaños que nos permite llegar hasta ella sin bajarnos del vehículo. Mantiene contacto óptico con la Torre de la Gavina, con la Torre del Espalmador y con la iglesia-fortaleza de San Francisco.
Buen estado. Al igual que la Torre de la Gavina ha sido restaurada sin alterar su fisonomía, sustituyendo sillares erosionados y reconstruyendo el matacán y el parapeto.
Torre de vigía costera, prácticamente idéntica a las otras cuatro que se alzan en Formentera, debido a que fueron construidas al mismo tiempo y con el mismo objeto: prevenir los ataques piratas que frecuentaban las islas. Tiene planta circular y forma troncocónica, con dos pisos separados por una moldura de piedra. La puerta de acceso se encuentra en el piso superior, y se desciende al inferior por una escalera adosada al muro. Una escala de cuerda o madera retirable en caso de peligro, servía para penetrar en ella. Aparecen varias aspilleras en sus muros y una ventana en posición opuesta a la puerta. Las dos habitaciones superpuestas se cubrían con sólidas bóvedas a prueba de artillería. Su fábrica se compone de mampostería con refuerzos de sillería en algunos puntos, formando verdugadas verticales, aunque la parte trasera se haya enlucida.
Los chalets de la urbanización la rodean al completo y llegan hasta el borde del acantilado.
La torre captada desde la iglesia de San Francisco Javier.
Imagen de la torre tomada desde la Torre del Espalmador.