En el extremo Sur de la Sierra de la Oliva, a 476 m. de altura, y frente al pueblo, desde el que es visible. Su acceso es algo complicado, a pesar de que una pista llega a escasos metros de ella. Todo el monte aparece repleto de pistas y caminos, en bastante mal estado, con varias vallas y cancelas ganaderas. Es decir, un auténtico laberinto. No obstante, hay que ir escogiendo siempre el camino que asciende. Su nombre hace referencia al estar ocupada por soldados, que son los que hacían funcionar el artefacto del telégrafo. También es llamada Torre del Serrat de la Oliva.
En nuestra visita de julio de 2011 estaba en mal estado. Tan solo quedaban las cuatro paredes.



Torre de telegrafía óptica del siglo XIX, construida entre los años 1848-1849, con motivo de la segunda guerra carlista. Fue la última torre que se construyó en Cataluña. Era la número 35 de la línea Manresa-Vich, y enlazaba con la 34, en Artés (campanario viejo), al Sur, y con la 36, en San Feliu Sasserra (no localizada) por el Norte.
La torre, de planta cuadrada, y de acuerdo con la tradición de los ingenieros militares españoles, constituía un auténtico fuerte. Su puerta de entrada se situaba a unos dos metros del suelo, de modo que se accedía a ella por medio de una escalera de madera que se retiraba en caso de ataque. Conserva cuatro aspilleras en la planta baja y una gran ventana flanqueada por otras dos aspilleras en el primer piso, en cada frente. Tiene su base ligeramente ataludada, con fábrica de mampuestos, reforzados los vanos con verdugadas de ladrillo. Todos lo forjados de sus plantas se han perdido. Parece que queden restos del foso. Esta línea telegráfica fue desmantelada en 1862, pero se sabe con certeza que durante la tercera guerra carlista algunas de estas torres fueron reutilizadas como puntos de vigía y control.
En la cima de este monte se alza la torre. Imagen realizada desde el pueblo.

Formaba parte de la desaparecida red de telegrafía óptica de Cataluña que el ejército liberal construyó durante la Segunda Guerra Carlista o Guerra de los Matiners. El aislamiento que sufrían los pueblos en aquellos tiempos, junto con que los rebeldes carlistas actuaran en grupos poco numerosos y con mucha movilidad, dificultaban la labor del ejército liberal. Esta red de telégrafo fue pensada para hacer más efectiva su lucha gracias a la obtención de una información más rápida y eficaz sobre los movimientos de los carlistas.
En 2013 fue restaurada por el Servicio de Patrimonio Arquitectónico Local de la Diputación de Barcelona y el Ayuntamiento de Avinyó.

La torre, restaurada en 2013.