Se halla en la plaza principal de la población, junto al que fue palacio del marqués de Bélgida, ahora ayuntamiento, destacando por encima de todas las edificaciones del caserío.
Ha sido perfectamente restaurada y se halla en excelente estado de conservación, pero desgraciadamente, no está abierta al público.
Torre señorial de grandes dimensiones y planta rectangular, que contó con un grueso muro defensivo, a modo de cerca, del que quedan algunos restos. Sus lados miden 7 x 12 m. y su altura 22 m. La fábrica de sus paredes es muy variada, con sillares de piedra en la fachada Sur y en las esquinas combinado con ladrillo, mientras que en el resto predomina el mortero y el tapial, existiendo algo de mampostería. Durante su construcción se reutilizaron piedras procedentes de ruinas romanas, como lo demuestran dos lápidas incrustadas en sus muros, una junto a la puerta y la otra en un lateral. Para llegar a la puerta, sita en el lado Sur, hay que franquear lo que fue un profundo foso mediante una pasarela. Sobre el dintel de la puerta existe una abertura por la que corrían las cadenas del puente levadizo. El foso permite ver el talud existente en su base.
Lápida latina situada junto a la puerta:
DM
BAEBIO SENECIA
ANNORUM XVIII
SERGIUS URSIO ET
BAEB MARCIA
FILIO PIETTISSIMO
ET SIBI FECERUNT
(Sergio Ursio y Baebia Marcia hicieron este sepulcro consagrado al dios Mans, para sí y para su hijo piadosísimo que murió a los 18 años de edad)
Gran diversidad de vanos se abren en los muros de la torre.
Lápida hebrea ubicada en un lateral de la torre:
“Estela sepulcral de la honrada Doña Jamila, descanse en paz mujer del ilustre don Abraham Lagen, guárdelo su Roca y su Redentor”.
La torre consta de cuatro plantas y subterráneo, al que solo puede accederse con una escalera de cuerda por un orificio en su bóveda. El sótano, mide 7’50 x 4 m. comunicado por una trampilla, con las mazmorras, sin ventilación ni escalera. Desde un ángulo sale una galería abovedada que llega hasta un pozo construído en ladrillo. Presenta el techo de cañizo. Este subterráneo aparece muy dañado a causa de la Guerra Civil. Una escalera de caracol de madera permite llegar a las plantas superiores, entre las que destaca poderosamente la superior, con sus doce ventanas. Al exterior sobresale por el cinturón de matacanes que la rodea, circunstancia muy poco habitual en tierras del Reino de Valencia, de clara influencia italiana.
Magnífica última planta con su cinturón de matacanes apoyados en ménsulas de piedra. Cuenta con 12 ventanas y doce aspilleras de círculo y cruz. Se cubre con un tejado a cuatro aguas.
En una casa adyacente todavía se ve parte del muro que rodeaba a la torre.
Data de los siglos XIII-XIV, posiblemente aprovechando los restos de otra anterior musulmana como lo atestiguan algunos trozos de tapial, pero fue muy reformada durante el XVI. Actualmente es propiedad del ayuntamiento.