Sector restaurado en la c/ Costereta del Mar. Sus dimensiones son colosales.
Se pueden localizar rodeando el casco viejo, o barrio de la Vila, sobre un elevado promontorio a la izquierda de la desembocadura del río Amadorio, junto al mar.
Un sector ha sido restaurado con acierto y quedan tramos ocultos entre las casas, pero la mayor parte de él se ha perdido.
Con planta triangular, reforzadas por cuatro grandes cubos circulares, tres en el lado Sur, hacia el mar, y uno en el lado Este. La puerta principal estaba situada al Norte, en uno de los vértices del triángulo, flanqueada por dos torres cuadradas. El conjunto de fortificaciones culminaba con un parapeto almenado con fábrica de mampostería. De todo lo antedicho solo queda la muralla del Noreste, que discurre por la calle Costereta del Mar, arrancando de un gran cubo circular situado en la Plaza de la Generalitat. Los cubos son circulares, de grandes dimensiones y con la base ataludada. Por su enorme tamaño hay que destacar el que está situado en la calle del Pal, el cual presenta en su tercio superior varias cañoneras de sillería con derrame interior. Los cubos están alamborados hasta las dos terceras partes de su altura y adornados con una moldura. Recientemente, se han derribado varias casas en la calle del Pal, permitiendo liberar dos tramos del lienzo de la cerca.
Estos son dos tramos de lienzos situados en la calle del Pal, y que han aparecido tras derribar varias casas. Se aprecia el fuerte desnivel entre las casas situadas sobre el muro y las que estaban bajo, al nivel de los bancos.
Fue una colonia de griegos focenses y más tarde, ciudad romana. En el subsuelo quedan abundantes restos que van saliendo a la superficie en lentas excavaciones, muy poco a poco, pues desde siempre ha estado habitada la zona. Fue conquistada por los cristianos en 1251, pero en 1257 quedó despoblada tras el levantamiento y derrota de Al-Azraq. El almirante Bernat de Sarriá fundó Villajoyosa de nuevo planta concediéndole carta-puebla en 1300. Tras sucesivos pleitos pasó a la Corona como Vila Real a partir de 1443. Durante las Germanías, tras una primera toma de postura hacia los agermanados, volvió a la obediencia del rey, por lo que vió conservados sus privilegios. Durante los siglos XVI y XVII los ataques de los piratas fueron constantes, pero no por ello sus pobladores se acobardaron, pues en ocasiones resultaron ser los vencedores. En 1534 un grupo de vecinos apresó una fragata norteafricana en Las Caletas. En 1538 resistieron con éxito el ataque de Salah Rais, no abandonando la villa hasta la llegada de órdenes tajantes del Duque de Calabria, debido a lo ruinoso de las fortificaciones. A raíz de este ataque, que conllevó la destrucción de la ciudad y de sus obsoletas murallas medievales, es cuando se emprendió la construcción de las nuevas murallas abaluartadas de planta triangular, bajo el mando de los ingenieros Aldana y Cerveró. Fueron terminadas en 1563. Los habitantes de Villajoyosa rechazaron un desembarco pirata en Cap Negret en 1546; y en 1550 hicieron frente a un nuevo ataque por parte de Dragut. Al año siguiente capturaron dos fragatas berberiscas. En 1564, el historiador Martín de Viciana señala que en los 18 años anteriores la ciudad había gastado en fortificaciones 17.000 ducados, cifra nada despreciable para la época. En 1583, asistidos por la guarnición de la fortaleza de Bernia frustraron un desembarco de Morato Arráez. En 1590 un enfrentamiento con corsarios se saldó con la huida de los moros y la muerte de siete de ellos, cuyas cabezas fueron presentadas ante el virrey con objeto de cobrar el premio acostumbrado. La destrucción de las murallas comenzó a partir de la Guerra de Sucesión. A principios del siglo XIX se derribaron las dos puertas que tenía el recinto.
Admirable aspecto del colosal cubo situado en la esquina de las calles Costereta del Mar y del Pal.
Sector de la muralla recayente al río Amadorio. Las casas se han construido utilizando el muro.
Pequeño sector de la cerca en las inmediaciones del castillo.
Dibujo del cronista e historiador Martí de Viciana, de 1564, en el que se representa la ciudad de Villajoyosa rodeada de murallas, siendo atacada por varios bajeles berberiscos.