Rodeando el pueblo, en situación privilegiada, dominando el paso por el valle del río Martín, antiguo cruce de caminos.
Prácticamente desaparecidas. Según algunos autores, quedan escasos restos en el lado occidental, el más elevado, apoyadas en un cortado que se orienta hacia el río, y también en la ya comentada c/ del Muro, pero no los encontramos. Eso sí, han subsistido sus tres portales de acceso, aunque muy transformados.
Poco podemos decir sobre ellas, pues desconocemos su obra y estilo. Tan solo que debieron tener planta elíptica, como señala el urbanismo del pueblo.


Exterior e interior del Portal de la Virgen del Pilar.
Portal del Pilar: Este es el antiguo acceso desde el Norte al entramado urbano. El aspecto cerrado y austero de la puerta se modificó en el siglo XVII con la construcción de la capilla, a modo de galería rectangular, cubierta a una vertiente, con teja árabe.


Portal de los Santos Mártires (Fabián y Sebastián), puerta situada al Este.

Sector occidental de Oliete, lugar donde se señala la existencia de restos de la muralla, sin que se pueda apreciar ninguno.
Tras el abandono por los romanos de la antigua ciudad de Olivetum, los árabes, siglos después, crearon en un nuevo emplazamiento el actual pueblo de Oliete, a un kilómetro del anterior. Al situarse en una loma se facilitaba su defensa, siendo los árabes los artífices de la primera cerca defensiva de la población. Los cristianos tomaron Oliete entre 1162 y 1171, según el documento que Alfonso II entregó a la Orden de Calatrava en 1179. Alrededor de 1235, Jaime I otorgó el señorío de Oliete a Blasco de Alagón. En 1292 el señorío pasó al hijo de éste, Artal, pero al rebelarse contra el rey Jaime II, quedó en manos de la Corona. En 1297, Jaime II lo donó a Raimundo de Cardona, pero a causa de una deuda de 18.000 sueldos que mantenía éste con los templarios, quedó Oliete en poder de la Orden del Temple. Tras la disolución de esta Orden fue comprado por don Juan Galíndez de Sessé en 1333. En 1430, a causa del apoyo que la familia Sessé prestó a la rebelión del Conde de Urgel contra Alfonso V, éste les confisco el señorío, concediéndoselo a Berenguer de Bardaxí, Justicia Mayor del Reino. Perteneció a la familia Bardaxí hasta 1620, año en que pasó a los Bermúdez de Castro. Y en 1760 pasó a los Palafox hasta la desaparición de los señoríos en el siglo XIX.


Exterior e interior del Portal de Santa Bárbara, ubicado al Oeste.